Seis episodios de soledad

Páginas: 5 (1082 palabras) Publicado: 27 de octubre de 2010
seis episodis de soledad
Icomienza
Admisión en primera persona de soledad… tiempo metafórico, voz doliente, modo subjuntivo inacabado; pero deseado.

EL color gris teñía mi aura. Acordes menores tocaban el “si” bemol de mi alma. La hiel era el abrigo de mis palabras. El abismo recordaba la podredumbre de mi ser. Absurdo, todo me parecía absurdo y sin sentido. El aire a mi rededor olía asuicidio. El pan de mi última cena estaba podrido. La sangre de mi copa se había coagulado. Los siete cuernos me habían atravesado. La omega estaba escrita en mi frente.
Los cuatro jinetes me habían rodeado. Se disponían a tocar el himno final. Tres trompetas habían sido tocadas, faltaba una, y en esa, apareció el brillar de tus ojos. Tu flamante luz calló la cuarta trompeta, e inhibió ladesintegración de mi cristal: corazón que se encontraba aluzado y deshecho en la sombra de mi nostalgia.
II
Mi pared sensible siempre ha sido golpeada… muy pocas veces acariciada

Estaba sentado en la pesadez de mi existencia, junto al nocturno árbol de mis heridas, cuando llegaste a darme una hoja de papel en la que decía existo, ergo, “esperanza”. Y pensé: -¡dónde has estado tanto tiempo que alfin me has encontrado!- Por lo que me dispuse hacer un palacio de papel para alejarme del frío del pasado y cubrir un poco mis heridas. En serio, agitaste mi alma, la bañaste, incluso la purificaste. Las nubes negras abrían paso a luz que levantaba mi rostro caído. Y te fuiste. Y mientras lo hacías tu silueta prometía regresar.
III
Mientras te fuiste… el silencio fue el demiurgo del amorFui a visitar mi árbol nocturno. Me llevé una gran sorpresa porque estaban brotando unos capullos color alfa. Mi banca, la pesadez de mi existencia, me parecía más liviana. Y en el sendero, por donde llegaste, se disipaban los cráneos: se despedían, aunque prometiendo siempre estar, con una mueca de hoja seca.
Ahora mis pasos se encontraban caminando bajo la alfombra de tus palabras. Lasrecibía con los brazos abiertos, las invitaba a pasar a mi alma para que me ayudaran a reconstruir el fino cristal que había sido quebrado. Las alimentaba de ilusiones y promesas que tu hoja me había dejado. Las bañaba con el murmullo de mi voz. Las arrullaba con el perfume de mi pasión. Las cuidaba de las algarabías, pero siempre les hablé de Dionisos y de Apolo. Las vestía de un delicado ritmo. Lasembriagaba con el polen de la rima. Y las volvía encausar bajo el camino uniforme de la métrica. Les decía lo que las musarañas me dictaban proféticamente: el amor no está escrito en prosa o en poesía sino en el ir y venir del ser. Les di todo cuanto estaba en mis manos.
IV
Y tu silueta regresó… sin regresar.

Me puse contento y te mostré mi mundo. Te invité a mi escondite ante ladecadencia humana. Te di a probar un té de blues verde. Te leí a los vivos, te señalé a los muertos. Te regalé mis palabras para que las habitaras. Me desnudé sin quitarme la ropa. Te regalé una flor de paz y palabras rojas llenas de sensualidad y de amor: de un verdadero amor que tú habías sembrado y que tu ausencia presente había germinado.
Después, ya no fue el palacio de papel sino tu calorquien me abrigó. Tus labios parecían que musitaban un nuevo advenimiento. Tu puerta roja, entre abierta, me incitaron a vestirme de ilegal. Me paseé y vacilé pero al fin tomé un beso sabor carmín: tus labios fueron la panacea (fantasmagórica) de mi cicatriz. Pero, ese robo, me dio la pena capital: el ostracismo. Sin embargo, la palabra “esperanza” casi se borraba hasta que la volviste a remarcar.¿Pero fue sólo la forma o sólo el contenido de la palabra que se remarcó?...
V
Fluctuando ante la incertidumbre… volviendo a mi soledad.

La incertidumbre es el veneno que hace abortar a las palabras. Es el lugar de ningún lugar: es el limbo. Es sentir una caricia pero a la vez un vacío. Todo es blanco-oscuro: confuso. El vaivén de la esperanza me provocan nauseas metafísicas. Es haber...
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