Selecciu00F3n_de_Cuentos_Hispanoamericanos

Páginas: 171 (42718 palabras) Publicado: 27 de octubre de 2015
Selección de Cuentos
Hispanoamericanos
Contemporáneos

II Medio
2015
Colegio Pedro de Valdivia Peñalolén

-1-

Índice

1.- Casa tomada
Julio Cortázar

pág. 3

2.- El hombre
Juan Rulfo

pág. 6

3.- Día domingo
Mario Vargas Llosa

pág. 11

4.- Viaje a la semilla
Alejo Carpentier

pág. 23

5.- El vaso de leche
Manuel Rojas

pág. 30

6.- Últimos atardeceres en la tierra
Roberto Bolaño

pág. 35

7.-El aleph
Jorge Luis Borges

pág. 47

8.- Corazonada
Mario Benedetti

pág. 55

9.- El árbol
María Luisa Bombal

pág. 57

10.- El ahogado más hermoso del mundo
Gabriel García Márquez

pág. 64

11.- El guardagujas
Juan José Arreola

pág. 67

-2-

Casa tomada
Julio Cortázar


Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy que las casas antiguas sucumben a la más ventajosa liquidaciónde sus materiales) guardaba los recuerdos de nuestros bisabuelos, el abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia.

Nos habituamos Irene y yo a persistir solos en ella, lo que era una locura pues en esa casa
podían vivir ocho personas sin estorbarse. Hacíamos la limpieza por la mañana, levantándonos a
las siete, y a eso de las once yo le dejaba a Irene las últimas habitaciones por repasary me iba a
la cocina. Almorzábamos al mediodía, siempre puntuales; ya no quedaba nada por hacer fuera de
unos platos sucios. Nos resultaba grato almorzar pensando en la casa profunda y silenciosa y cómo
nos bastábamos para mantenerla limpia. A veces llegábamos a creer que era ella la que no nos dejó
casarnos. Irene rechazó dos pretendientes sin mayor motivo, a mí se me murió María Esther antes
quellegáramos a comprometernos. Entramos en los cuarenta años con la inexpresada idea de que
el nuestro, simple y silencioso matrimonio de hermanos, era necesaria clausura de la genealogía
asentada por nuestros bisabuelos en nuestra casa. Nos moriríamos allí algún día, vagos y esquivos
primos se quedarían con la casa y la echarían al suelo para enriquecerse con el terreno y los ladrillos;
o mejor,nosotros mismos la voltearíamos justicieramente antes de que fuese demasiado tarde.

Irene era una chica nacida para no molestar a nadie. Aparte de su actividad matinal se pasaba el resto del día tejiendo en el sofá de su dormitorio. No sé por qué tejía tanto, yo creo que las
mujeres tejen cuando han encontrado en esa labor el gran pretexto para no hacer nada. Irene no era
así, tejía cosas siemprenecesarias, tricotas para el invierno, medias para mí, mañanitas y chalecos
para ella. A veces tejía un chaleco y después lo destejía en un momento porque algo no le agradaba;
era gracioso ver en la canastilla el montón de lana encrespada resistiéndose a perder su forma de algunas horas. Los sábados iba yo al centro a comprarle lana; Irene tenía fe en mi gusto, se complacía
con los colores ynunca tuve que devolver madejas. Yo aprovechaba esas salidas para dar una vuelta
por las librerías y preguntar vanamente si había novedades en literatura francesa. Desde 1939 no
llegaba nada valioso a la Argentina.

Pero es de la casa que me interesa hablar, de la casa y de Irene, porque yo no tengo importancia. Me pregunto qué hubiera hecho Irene sin el tejido. Uno puede releer un libro, pero cuandoun
pullover está terminado no se puede repetirlo sin escándalo. Un día encontré el cajón de abajo de la
cómoda de alcanfor lleno de pañoletas blancas, verdes, lila. Estaban con naftalina, apiladas como en
una mercería; no tuve valor para preguntarle a Irene qué pensaba hacer con ellas. No necesitábamos
ganarnos la vida, todos los meses llegaba plata de los campos y el dinero aumentaba. Pero aIrene
solamente la entretenía el tejido, mostraba una destreza maravillosa y a mí se me iban las horas viéndole las manos como erizos plateados, agujas yendo y viniendo y una o dos canastillas en el suelo
donde se agitaban constantemente los ovillos. Era hermoso.

Cómo no acordarme de la distribución de la casa. El comedor, una sala con gobelinos, la biblioteca y tres dormitorios grandes quedaban...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS