Semillas Transgenicas
Extraido de la revista mexicana ‘Este pais’ Tendencias y opiniones.
El 29 de septiembre de 2009 un grupo amplio de científicos prestigiados de todo el mundo, a iniciativa de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS) de México, suscribió un extrañamiento dirigido al Presidente Felipe Calderón Hinojosa quedice:
Este año, usted tiene la responsabilidad histórica de prevenir el daño irreversible a uno de los más valiosos recursos naturales del mundo: la diversidad del maíz mexicano. Su administración recientemente ha dado pasos con el fin de apresurar la introducción de maíz genéticamente modificado en el campo mexicano y estamos convencidos, con base en el conocimiento que tenemos de laevidencia científica disponible, de que esta decisión representa un riesgo desproporcionado e innecesario que debe evitarse a toda costa por el bien de México y del mundo. Unidos por el compromiso ético, ampliamente fundamentado, de preservar este recurso para la humanidad, exigimos que su administración tome medidas drásticas que garanticen que ningún tipo de maíz transgénico se siembre enMéxico, el centro de origen y diversidad de este importante alimento. […] Vemos con gran preocupación que los argumentos seriamente planteados por científicos y expertos en el campo de las humanidades y las disciplinas sociales sobre la inconveniencia de introducir maíz genéticamente modificado en México han sido ignorados durante largo tiempo. Incluso, la evidencia experimental producida en México, en ensayos (que hacen a los experimentos recién aprobados innecesarios) realizados hace 15 años que condujeron a la moratoria plenamente justificada de siembras de organismos transgénicos desde 1998 a 2003, parece haberse dejado de lado en aras de un desproporcionado impulso para permitir la siembra de maíz transgénico en México. (Texto completo en www.unionccs.net/comunicados/ index.php?doc=sciencetrmaize_es)
Este extrañamiento fue entregado en mano y con firma de recibido en las oficinas del Presidente de la República y de los funcionarios responsables de la bioseguridad en México. Hasta ahora no hemos recibido respuesta alguna. ¿Qué intereses tan ajenos al bienestar social, la seguridad alimentaria y la sustentabilidad estarán presionando al gobierno mexicanopara abstenerse de escuchar los innumerables argumentos para impedir la liberación de cultivos transgénicos en sus centros de origen y diversidad, como lo es México para el maíz? Y ¿por qué en lugar de actuar en beneficio de la población mexicana en su conjunto, del futuro de nuestro ambiente y de la seguridad y la soberanía agroalimentarias, se abren las puertas a una tecnología privatizadora, que no puede coexistir con las milenarias técnicas de producción de maíz, actual sustento nodal en el campo de nuestro país? ¿Se han olvidad de que esta forma campesina e indígena de producir maíz y otros alimentos ha generado la mayor diversidad de cultivos y ha demostrado ser capaz de resistir los embates del clima y las vicisitudes del mercado?
Estas preguntas han sido abordadas entodo el mundo y las respuestas son preocupantes: por un lado, los gobiernos federales están perdiendo su capacidad de fungir como árbitros entre el interés privado y el público, y no han sabido asegurar medidas precautorias y de regulación que eviten la expansión de ciertas tecnologías producidas y comercializadas por grandes consorcios monopólicos; por otro lado, el uso masivo de estastecnologías que puede ocasionar riesgos y efectos negativos irreversibles, que pueden tener grandes alcances para la humanidad y el medio ambiente.Finalmente, los beneficios derivados de estas tecnologías se han privatizado y concentrado en cada vez menos manos, mientras que los riesgos que implica su uso son públicos, de gran alcance y se distribuyen de manera injusta entre la población...
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