Seminario nacion
La política exige una acrisolada falta de honradez: Raúl Prieto (Nikito Nipongo)
I
El notable caricaturista Ernesto García Cabral, “El Chango”, solía postular entre afinesen el “Excélsior” histórico y, luego, en “Novedades” que el tiempo convertía al político en trágica caricatura de sí mismos.
No le faltaba razón. Podría decirse, en esa vena, que el tiempo–Cronos- es el más implacable y cruel y, sin duda, el más grande de los caricaturistas, a partir de la definición semántica del vocablo “caricatura”. Una caricatura es, como sabríalo el caro leyente, undibujo satírico en el que se deforman las facciones y el aspecto de alguien. No en vano Rafael Freyre, otro gigante de la caricatura, la describe como forma elevada de arte.
José Clemente Orozco, elgran muralista, se inició en la plástica dibujando caricaturas. Ridiculizaba o tomaba en broma el modelo que tiene por objeto, aunque afirmaba que éste se caricaturiza por iniciativa propia.
Unvistazo a la realidad circundante confirma los aforismos de los caricaturistas veracruzanos García Cabral y Freyre y del jalisciense Orozco. Nuestra realidad es de caricatura.
Pero no es unacaricatura ingeniosa, de ridiculización lúdica, festiva, optimista. No. Es una caricatura grotesca, macabra, ominosa de nuestra realidad económica, política, jurídica, social y, dígase sin ambages, cultural.II
México es, pues, una caricatura de sí mismo. Los rasgos identitarios son distorsionados hasta el ridículo; su naturaleza sufre modificaciones de fondo y de forma irreconocibles sobre eltelón de fondo de la experiencia histórica.
Y por si ello lo aquí consignado fuere poco y magro, las facciones y el aspecto –la morfología misma— de la cosmovisión del mexicano se nos presenta bajouna caricaturización torpe, regida por la lógica del fetiche del mimetismo.
Algunos identificarían esa lógica como una dialéctica de la supervivencia en condiciones adversas; otros, como una...
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