Sentimientos falsos en la adolescencia
SANCTI SPÍRITUS.— Cierta vez un amigo me contó que su pareja le era infiel. Su relación había durado siete meses y todo estaba bien, según él. La necesidad de su novia deencontrarse con otro individuo era cosa de rutina, decía, pues en sus relaciones sexuales no había ningún tipo de problema.
También me dijo que ella demostraba gran aprecio hacia lo material y lodeshonesto, y además presentaba alguna incoherencia acerca de cómo llevar relaciones serias. Por eso temía que todo terminara de una manera degradante para ambos.
Recuerdo que en aquel momento pensé que lode ella era un simple juego, pero también que por lo general esas historias resultan diferentes por ambas caras y yo solo conocía una.
Una noche vi a la joven sentada con otro muchacho en una zonadel parque central de la ciudad. Comprendí entonces que no solo había engañado a mi amigo, sino que ese nuevo «amor» tampoco iba a durar mucho, no solo por su semejanza con el pasado, sino tambiénporque sabía que lo de ella no era más que un juego lleno de engaños y egoísmo.
A veces como adolescentes emitimos un afecto excesivo, sentimientos falsos para alimentar pasiones en los demás y nuestraequivocación radica en que, al no tomar en serio las cosas, damos motivos para que tengan lugar engaños, enemistades y recelos acerca de lo que nos depara la vida.
Siempre que conocemos a alguiennuevo empezamos a transmitir un grano de confianza para entrelazar nuevas amistades, pero a veces fallamos: no sabemos comprender bien a esa persona y hasta puede que tergiversemos sus intenciones hacianosotros.
Los sentimientos falsos hacen que la persona pierda el aprecio y respeto de la sociedad. Todo aquel que dañe el corazón de otro, aún sin querer ser malintencionado, ha de saber bien que...
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