Sentimientos

Temía el encuentro con Elena Valdivia porque sabía que no podía escaparse a la pregunta que su amiga le hacía cada vez que se veían. En el fondo, a Martina Sucre le dolía, aunque disimulaba y trataba de mostrar que todo estaba bien en su relación con Ignacio. Ese día sentada en una cafetería, al poco rato de estar conversando, Elena le dijo:
Y tu cuando te casas? Cuando se decidirá Ignacio acomprometerse contigo? Ya llevan tres años de relaciones.
Elena, por favor, yo estoy disfrutando mucho mi noviazgo, le dijo Martina, para quitarle importancia al asunto.
No lo dudo Martina, pero no encuentro lógica la actitud de Ignacio. Tienes 26 años y el 29, 29. Los dos son profesionales, y tienen buenos trabajos. ¿Qué le impide casarse?
Tenemos tiempo, Elena. Nosotros nos amamos mucho.Bueno, espero que Ignacio no sea de los hombres que aman a una mujer, salen con ella, hacen el amor….y al final, deciden que no es la indicada para convertirla en su esposa.
Ignacio no es así, Elena. Un día nos casaremos.
Elena la miro y sonrió
-Perdóname, Martina. No quiero herirte. Lo que pasa es que no me gustaría que pases los años al lado de un hombre y que después este te diga ¨si te hevisto, no me acuerdo¨, Conozco varios casos así.
_No es el mío, Ignacio y yo ya hemos hecho planes para el futuro- mintió.
-Si es así, me alegro mucho por ti.
Una hora más tarde, las dos amigas se despidieron. Martina se marchó en su auto. Se sentía desalentada.
¿Por qué Ignacio no se compromete conmigo? Nada impide que nos casemos, pensó ¨Yo lo adoro y sé que él me ama y me lo ha demostrado.Siempre dice que haría cualquier cosa por mí. Si, cualquier cosa… menos proponerme matrimonio.
Martina entro en su casa y vio a sus padres, que estaban esperándola.
-Hija, ven siéntate, que queremos hablar contigo – Le dijo Julio Sucre.
- Papa, ¿otra vez cas a tocar el mismo tema? Déjame vivir en paz, por favor. Tengo dolor de cabeza. Me voy a acostar.
-Si hija, si, vete a descansar, le dijoDelfina su madre. La pareja se quedó sola. Julio le dijo:
- Estoy muy disgustado, Delfina. Me parece que Ignacio no valora a Martina como debe, de lo contrario, ya le hubiera propuesto matrimonio.
-Estoy de acuerdo contigo, querido, pero no podeos ponerle esa presión a nuestra hija. ¿Qué puede hacer ella? ¿Esperar a que él se decida?
-No se Delfina, A veces he sentido deseos de hablar con él ypreguntarle que intenciones tiene con nuestra hija. Ya llevan tres años de relaciones.
-No lo hagas, Julio, a Martina no le gustaría que nos inmiscuyéramos de esa manera. ¿Para qué vamos a presionarlo? Tal vez Ignacio no está listo para el matrimonio, y, si es así, la unión podría ser un fracaso, Es mejor esperar un poco.
-Mira Delfina, Martina está muy enamorada de Ignacio y temo que los años paseny ella no llegue a nada serio con él. La vida es demasiado cómoda para ese muchacho. Tiene un excelente trabajo, una novia linda, amigos con los que sale a jugar ¨golf y cartas¨…. No tiene ataduras, gasta lo que quiere y se divierte sin ninguna responsabilidad. Tal vez piensa que al casarse se le acabara su libertad para salir sin que nadie lo controle.
-Todo lo que me dices lo sé, Julio, perolo único que deseo es que no seamos nosotros quienes le pongamos presión a Martina. Ella sufre cada vez que le hablamos de lo mismo. Hay algo en su mirada que me indica que esta angustiada. Por favor, te pido que no le hables más de su relación con Ignacio. Por lo menos, trata de darle una tregua de tres meses.

-Está bien – dijo resignado- Te lo prometo, aunque sé que me costara, pero ni un díamás de los tres meses.
- Y te pido algo más: disimula ante Ignacio, me parece que a veces lo recibes con cierta hostilidad.
-Sí, mujer, también te prometo cambiar con él, pero si veo que la situación sigue exactamente igual, tomare cartas en el asunto. Martina es mi hija y no voy a permitir que alguien la tenga como novia solo para su conveniencia.
Ignacio Uribe reía sentado a la mesa con sus...