septiembre

SEPTIEMBRE
Polo era el muchacho que siempre estaba solo dentro o fuera de su salón de clase, nada extraño era mirarlo solitario, meditando en sí mismo.
El frío y las primeras lluvias habían llegado. Iniciaba un nuevo año en medio del bullicio del Centro donde todos se veían tan animados y emocionados por reunirse una vez más, todos menos Polo, para él era tan solo repetir una historia yaconocida. Todos hablan si parara y en realidad no dicen nada; pensaba Polo, ¿por qué todos son tan falsos?, intentan llenar un vacío con frases huecas, extraídas de algún viejo almanaque, será otro año de pesadilla, debería intentar huir, escapar y ser libre en medio de la nada; se decía Polo.
Ensimismado en sí apenas percibió la bienvenida del maestro, así como las primeras explicaciones, lasprimeras notas pasaron desapercibidas para él, solo se concentraba en idear el mejor plan para salir de aquel tétrico lugar. Pero aquella fría mañana iba a ser diferente, marcaría su vida, su ser. Mientras se encontraba perdido en sus pensamientos, sus compañeros mantenían una amena charla, dejando el tiempo correr el día estaba por terminar, Polo echó un último vistazo, recorriendo con su mirada elsalón, censurando cada gesto de más, cada hilaridad exagerada de gente vacía sin forma. De pronto detuvo su escaneo, y como quien ha descubierto un manantial al pasar corriendo, muy despacio, con sumo cuidado, regresó la mirada, había algo diferente, no encajaba en el contexto de aquel lugar, una sonrisa diferente, cálida y llena de vida, de aquellas que te transmiten energía, esas que no ocultannada, esas que dan todo de sí. Le pareció distinta, perfecta, más aún cuando los rasgados ojos fijaron su mirada en él; será un angelito negro; pensaba Polo, ¿quién pudo esconderla? ¿qué cofre de plomo encerró tanta dulzura?
Martha J. venía de una comunidad del norte, su familia se había mudado siendo ella muy tierna, y ahora estaba allí, tan cerca y tan lejos, pensó Polo, cuando por fin reaccionóel día había terminado, el salón estaba vacío, solo él permaneció allí guardando cada detalle, sin moverse, repitiendo en su mente esa imagen, esa sonrisa, esa mirada.
En un momento y sin saber cómo Polo se encontraba en casa anhelando llegará ya el nuevo día para volver al Centro. Ahora Polo no se conocía a sí mismo, él deseando volver al Centro? Cómo podía ser? Qué me está sucediendo? sedecía, cuando escuchó que alguien le pedía que le hiciera espacio en la banca, sin gran entusiasmo levantó la mirada, al tiempo que se reconectaba con el mundo real, perdió el habla, el movimiento, la cordura, era ella, allí parada frente a él, hablándole, pidiéndole compartir la mesa de trabajo. Martha J. le sonreía dulcemente mientras esperaba su reacción; solo sus manos se movieron retirando comopodían la pesada mochila dejando el espacio libre para ella.
Polo no podía dejar de mirarla, era esto verdad? o sería uno más de sus sueños? El temor de que así fuera recorrió todo su ser, debía ser cierto, ahora escuchaba su suave voz, alcanzaba a sentir su fino aroma, tenía que ser real. Solo la tosca voz del maestro le hizo despertar, pero no soñaba, allí estaba, junto a él.
Desde aquel día novolvieron a separarse, incluso si había que estudiar para seguir a su lado, él lo haría, y sería de la mejor manera, ella debía sentirse orgullosa de él. Aquel día para Polo fue el más corto de toda su vida en el Centro. Por primera vez no deseaba que el tiempo avanzara, no puede terminar la jornada, se decía, pero terminó.
Llegó a casa con la maleta repleta de ilusiones, sin notas ni tareas,solo mil hojas con el nombre Martha J. impresas en ellas. ¿Sería posible repetir ese grandioso día? Todos habían llegado ya al Centro, Polo fue de los primeros, sin embargo Martha J. no había llegado aún, el maestro cerró la puerta, cerrando con ella los sueños e ilusiones de Polo, espere por favor, hay alguien más llegando, gritó Polo. ¿De veras? Dijo el maestro, mientras presuroso abría la...