Ser Maestro

DEL CÓMO, CUÁNDO Y POR QUÉ DE UN MAESTRO DE LENGUAS EN FORMACIÓN

“No cualquiera puede arrogarse el título de Maestro.
Porque para serlo de verdad (…) se requiere haber
Trasegado por muchos caminos, haber leído y olvidado
Muchos libros. No basta con saber alguna asignatura
O posar de erudito.”
Fernando Vásquez

Ser un Maestro. Compleja misión. O labor, si se quiere, para no sonarapostólico al respecto. Está repleta de una cantidad alarmante de procesos y de sacrificios a los que las personas corrientes les tememos, reflexión, introspección, entrega, compromiso, para mencionar apenas algunas de esas condiciones que nos ponen los pelos de punta tan a menudo. Pero aun así, hay personas que optamos por ese oficio conociendo sus desafíos y lo que implica asumirse como Maestro.
Ahorabien, ¿Qué hace a un Maestro?, ¿Qué construcciones, qué procesos se movilizan en una persona para que, fuera de toda modestia, pero fuera también de toda presunción, pueda ser Maestro? Esa, como todas las preguntas que rodean al Maestro, es una pregunta infinita, es una pregunta que aborda tantos elementos y tantas dimensiones que nunca se responde, sino que se va desarrollando a lo largo de unavida de reflexión y de autoconocimiento que jamás alcanza su final, porque es una pregunta que dinamiza (o debería dinamizar) el crecimiento de un Maestro.
Así las cosas, preguntarnos qué Maestro queremos ser, o cómo debería ser un Maestro (con todo y lo prescriptivo que eso suena) sería una tarea de nunca acabar. En ese caso, tendremos que, como cualquier investigador aconsejaría, ceñir nuestrapregunta a un campo en comparación menos amplio, o para decirlo de manera que no suene displicente, más concreto; si tenemos en cuenta lo que nos convoca en este espacio académico, y en general en nuestro proceso como Maestros en formación, podremos afirmar que nos estamos formando como Maestros de Lenguas, en un campo particular del saber y con unas condiciones particulares también, que es encierta medida un campo no tan exhaustivo como el del Maestro en general (amén del grave contenido filosófico, si se quiere, que lleva consigo el término Maestro, discusión sobre la cual no cabe reflexionar aquí por mucho), pero no por eso exento de divergencias y de tensiones que lo atraviesan.
Puesto en esos términos, el objetivo de este texto es simple, ofrecer una reflexión personal (y cabe hacerun énfasis claro en eso) acerca de la construcción de un modelo particular de Maestro de Lenguas, el que he venido descubriendo a lo largo de mi formación y que seguiré perfilando en tanto siga reflexionando, leyendo, escribiendo, investigando, en últimas, en tanto siga sintiendo que ser Maestro reviste algún sentido para mí. Naturalmente, asumir semejante reflexión implica no sólo un gradosignificativo de introspección, sino también una toma rigurosa de postura que, lejos de restringir mi horizonte, tome lo que he descubierto y lo ponga a funcionar con lo que iré descubriendo, en otras palabras, que encauce mi proceso contando con principios básicos pero inamovibles al tiempo; en ese sentido, lo primero a observar son esos principios, esos elementos que hacen parte inexorable de laconstrucción de un Maestro de Lenguas, y cuya conjunción derive en una conclusión que responda, al menos de forma aproximada, a esa(s) manera(s) de ser Maestro de Lenguas que quiero alcanzar.
Puestas en la mesa estas precauciones y aclaraciones pertinentes, sólo queda por repetir que lo que aquí se consigna es fruto de una visión personal del mundo, de una perspectiva particular de lo que sucede ennuestra sociedad y de cómo converge esa sociedad dentro de la figura del Maestro de Lenguas; parafraseando a Fernando del Paso, a nadie le está prohibido excluirse de lo que aquí se dice, pero a nadie, tampoco, le está prohibido incluirse.


DEL CONOCER, DEL SABER Y DEL SABER HACER
No es extraño que lo que primero salte a la cabeza de cualquiera al pensar en una o varias maneras de ser...