Ser/no ser y ying/yang/tao
Ser/No Ser y Ying/Yang/Tao Dos maneras de nombrar: dos maneras de sentir, dos maneras de contar 1 Emmanuel Lizcano Universidad Nacional de Educación a Distancia
El grado cero de la metáfora se daría en el hecho mismo de nombrar. Dar cierto nombre a ‘algo’, llamarlo abeto, democracia o respeto, es trasladar a ese ‘algo’, aún sin nombre, el significado que ya tienen nombrescomo ‘abeto’, ‘democracia’ o ‘respeto’. Lo que de singular, instantáneo e irrepetible tiene cada cosa o acontecimiento pasa así a verse como ‘un caso de’ ese concepto que nombra el nombre: mediante la operación metafórica de nombrar, lo singular se hace particular. No puede decirse mejor que con aquella canción infantil: “El patio de mi casa es particular; cuando llueve se moja como los demás”. Alpatio de mi casa, antes de ser ‘patio’, cuando aún era algo singular, podía ocurrirle cualquier cosa, acaso también el no mojarse; pero una vez que es ‘patio’, un caso particular del ‘patio’ genérico, ya sólo puede ocurrirle lo que a los demás: mojarse cuando llueve. Mediante este proceso de etiquetamiento reducimos la incertidumbre, conjuramos la zozobra hacia el sinfín de novedades y cambios quenos asaltan en cada segundo. Cuando el titular de prensa o televisión anuncia un nuevo caso de ‘violencia de género’, ‘terrorismo’ o ‘exclusión’, ya poco importa la singularidad del drama, de las razones, de las circunstancias… pues las correspondientes etiquetas nos han anestesiado hacia esas diferencias al tiempo que nos proporcionan las reacciones prefabricadas para cada uno de los casos:indignación, rechazo, compasión… Las etiquetas ordenan el mundo; o mejor, hacen de un caos, un mundo. Por eso, etiquetar, nombrar, es crear. Y por eso también, conseguir alterar las etiquetas, reetiquetar las cosas o los acontecimientos, es destruir un mundo y hacer otro, es hacer de un terrorista un resistente o, de un excluido, un oprimido (como se decía antes, cuando había opresores) o un fugado.Como dice Zhuang zi (1996: 43): “Caminando se hace el camino; y a las cosas [se las hace], dándolas un nombre”. Para añadir poco después: “Todas las cosas por fuerza tienen su es, y por fuerza todas las cosas tienen su puede ser. Nada hay que no tenga su es ni nada que no tenga su puede ser”. Y el es de cada cosa no sería sino el nombre que se ha asumido para ella, en tanto que su puede ser duermeen su interior a la espera de que el establecimiento de un nuevo nombre para ella lo despierte. No es de extrañar que los emperadores chinos solieran tener a mano un especialista en nombres y etiquetas; bien sabían que quien impone los nombres controla lo nombrado. Como decía Confucio: “para gobernar un estado lo que se necesita, en primer lugar, es gobernar correctamente las cosas” 2. Pararesaltar este efecto performativo, creador de realidad, del acto mismo de nombrar, nada mejor que la confrontación entre dos lenguas —y, por tanto, entre los dos imaginarios subyacentes— radicalmente diferentes. Tal careo, que diría Gracián, nos mostrará cómo unos ‘mismos’ objetos, nombrados alternativamente desde Oriente y desde Occidente, son los mismos sólo en apariencia, es decir, cómo cada una deTexto basado en la intervención de E. Lizcano en el XXXIII Congreso de Filósofos Jóvenes celebrado en Valencia del 9 al 13 de abril de 1996, y publicado como capítulo en, E. Lizcano (2006): Metáforas que nos piensan: sobre ciencia, democracia y otras poderosas ficciones; Madrid, Traficantes de sueños, (pp. 123-144).
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Citado en B. Parain, 1993: 245
Intersticios: Revista Sociológica dePensamiento Crítico http://www.intersticios.es
INTERSTICIOS: Revista Sociológica de Pensamiento Crítico
Vol. 1 (1) 2007
ambas maneras de nombrar construye objetos radicalmente distintos bajo —lo que la ficción/traición de la traducción nos presenta como— un mismo nombre. Lo veremos en tres ámbitos bien distintos. Primero, en el de las matemáticas, con frecuencia considerado “el caso más...
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