Sereno

Es sereno
Marco D. A.

Vibra el despertador sobre una mesa de noche. Está muy vieja, comida por las polillas y una que otra termita. Encima se posa un vaso con agua a poco terminar y una lámpara con un foco quemado. Manuel estira inconcientemente su mano hacia el aparato y vuelve a dormir. Lo que no sabe es que presionó el botón de retardar y luego de cinco minutos la vibración retumba el vasocon agua nuevamente.

Abrió muy poco los ojos pero se le veía mortificado, se sentó en la cama y miró fijamente el despertador mientras este aún vibraba. “Viernes, por qué tiene que pasar tan lento” se dijo a sí mismo, mientras más calmado presiona el botón correcto. Tomó lo que parecía el último sorbo de agua y volteó a ver si Ana también se había despertado, no lo había hecho, es más parecíaaún profundamente dormida. Manuel cerró los ojos sin pronunciar sonido y fue directo al baño, eran las 5:30 de la mañana.

Ana y Manuel eran novios por más de 2 años, se conocieron en una fiesta del primo de Manuel, Roberto se llamaba. Todo el barrio sabía que si faltabas a alguna fiesta de Roberto, estabas en nada, es más, tenían todo el derecho de exiliarte de Maynas o bueno simplemente no teinvitaban más. El calor era tan fuerte que hasta la pasta dental estaba derretida. Como todo iquiteño Manuel llevó varias cajas de cerveza y chicha de jora a la fiesta, sobre todo porque era su mejor primo y quería dar una buena impresión. “El sueldo de sereno en Maynas es una porquería, no sirve para nada, pero bueno para esta ocasión puedo romper el chanchito”, se había dicho Manuel. Habíanquedado ambos en que Roberto le iba a presentar una amiga del trabajo. Se conocieron, bebieron, hicieron y sin más, a los pocos días el calor apretaba tanto que estuvieron juntos.

No había terma en su casa, se enjabonó lo más pronto posible y a los cinco minutos salió de la ducha directo a vestirse. “El uniforme de sereno es mucho más suelto que el de un policía”, pensaba. Hace cinco años quetrabajaba para el cuerpo de Serenazgo de Maynas, su papá fue oficial, uno muy reconocido por el pueblo, quizá por eso Manuel seguía la costumbre como para no distorsionar la imagen que poseen de su familia. A veces la rutina le aturdía, el calor lo sofocaba y la protección se le escapaba de sus manos, pero esa es otra historia.

Ya no le quedaba jugo, ni pan ni leche. Cogió un cuchillo y cortó tresláminas de queso fresco. Las devoró al instante y tomó otro vaso de agua. Volvió al cuarto y Ana seguía inerte al lado izquierdo de la cama. La besó en la frente y ella reaccionó con pereza dirigiendo su cabeza hacia el otro costado. Diez para las seis, Manuel se miró una vez más al espejo y salió al puesto.

Los rayos del sol demoraban en salir, pero su presencia ya se sentía desde mucho antes.No necesita ir en carro porque la estación está a unas cuantas cuadras de la plaza. En realidad, no podía comprarse un carro porque nunca podía ahorrar, los gastos se duplican cuando vives con alguien más y Ana había perdido su trabajo hace dos años. Manuel es un tipo muy tranquilo y sereno, quizá por eso le cae a pelo su trabajo, pero sobre todo tímido y acomplejado. No ha podido decirle a Ana quenecesita que busque algún trabajo porque le da miedo demostrar que se está quedando pobre de mes en mes. Le da miedo perderla, o mejor dicho que lo deje por otro.

Siempre ha sido muy puntual, es por ello que siendo las 6:02 aligera el paso hasta que por fin llega a trabajar. La estación estaba inhabitada, las luces apagadas y la madera caliente. No había llegado nadie a esta hora. Él ya losabía, siempre llega primero, siempre se va último, no hay ningún cuadro con su rostro, ni un diploma, es su propio mérito. Prende la radio, saca un periódico y comienza a leer y escuchar las noticias en simultáneo. El café lo toma con agua fría para refrescarse sin perder las cualidades del tostado. 7:30 a.m. y recién llega el segundo sereno, Ulises. Este, un poco más pequeño que Manuel, fue uno...