Sergio Larraín Vida y Obra




Introducción





No es fácil adentrarse en la fotografía de Sergio Larraín. Es como si el autor hubiese querido cambiar su vida, confortable y llena de recursos, por la crudeza del mundo de pobres y desamparados. Una realidad que él vino a descubrir a través del lente de su cámara. Nacen de este modo “Los niños del Mapocho”, con una pobrezainfantil que debió ser la misma que amparó el Padre Hurtado; “La mafia siciliana”; “Los Siete Espejos”, famoso burdel de Valparaíso, con ese gran salón donde todos se miraban, y el gran reportaje a “Valparaíso”, el puerto más austral del mundo, donde convive la suciedad, la bohemia y el desamparo.

En el siguiente trabajo, abordaremos la particular visión de lasociedad de un reconocido fotógrafo chileno, Sergio Larraín, quien a través de su obra, fue capaz de retratar un mundo complejo y oculto al lente del común ciudadano y por sobretodo de la clase política, el de la pobreza y la miseria humana.

Abordaremos el trabajo de Larraín, desde el punto de vista social, documental y político, lo relacionaremos además, con nuestrarealidad y como es posible adecuar la esencia de su trabajo, a las miserias y pobreza del presente, porque después de todo, la obra de Sergio Larraín persiste en cada ser humano marginado de la sociedad.














Desarrollo


La obra de Sergio Larráin, tiene el mérito de reconstruir una realidad social compleja y muchas veces ignorada por el comúnde las personas, y lo logra sumergiéndose en un mundo oscuro, abandonado y olvidado, como es el de la pobreza. Y es precisamente en este espacio sociocultural, es donde Larraín desarrolla su obra, sin mayores pretensiones, donde su eje es la naturaleza humana, particularmente la infancia y su relación con el entorno1. Larraín expresa a través de la fotografía, su propia sensibilidad por un mundoque se contrapone a los intereses de una elite, la tendencia al consmopolitismo, etc...es una mirada auténtica, interesada y comprometida, logra en definitiva, constituir un medio de expresión que autentifica su propia proyección sicológica y cultural.
Para Josep Vicent Monzó, organizador de la retrospectiva de Larraín en Valencia España en 1999 , la serie de los niños de lacalle es su mejor trabajo. Allí dice, Larraín encontró su camino. Por un lado, representa un quiebre con su familia y el mundo de la elite. Por otro, rompe con la forma aceptada de hacer fotografía. En ese trabajo Larraín no sólo se sitúa en el grupo políticamente incorrecto, sino que se hace cómplice de los niños. A los chicos que todos desprecian, Larraín los retrata como grandes personajes.-“Mi papá convivió con estos niños durante un tiempo: los vio asaltar gente, dormir debajo de los puentes, en las alcantarillas, todo. Quedó impactado con esta experiencia- cuenta su hijo”Juan José.

Esa sensibilidad está presente también en la serie de Valparaíso, su trabajo más conocido. Larraín llegó a esa ciudad en los ‘50 hipnotizado con las historias que le contaba Carmen Silva. Ella se habíahecho íntima de una banda de cafiches y ladrones apodados ‘Los Filónicos’ con quienes salía en motoneta a bailar rock and roll. Le decían ‘la francesa’ porque era pintora y cuica. Apenas Larraín supo de sus andanzas viajó al puerto, ansioso por descubrir nuevos mundos.


Larraín trabaja en su serie de Valparaíso durante casi 10 años. El resultado es tan profundo que esas imágenes se transformanen la cara del puerto para el mundo. Escaleras tortuosas, niñas que bajan hacia abismos. Perros vagos. Marineros y putas. Barcos que emergen de la niebla.
Para Monzó, “sus trabajos sobre Valparaíso y Londres deberían ser obras de referencia de cómo retratar una ciudad y saber captar su esencia”.

Lo curioso es que Larraín nunca buscó la esencia de las cosas. Siempre se estuvo buscando a sí...