Serrano1
SEMINARIO DE PRODUCCIÓN Y COMPRENSIÓN DE TEXTOS
EXAMEN FINAL OCTUBRE DE 2010 - TEMA 1
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Alumno:.........................................................................................Documento:................................... Carrera:.................................................................................................Aula:..............................
A. Leer el texto y los paratextos, y luego resolver las consignas.
EL PERIODISTA, LA OBJETIVIDAD Y EL COMPROMISO por Pascual Serrano 1
En
http://www.saladeprensa.org/
,
Mayo 2010 Año XI, Vol. 6
L
os teóricos neoliberales centran su análisis sobre la información en la necesidad de elementos como la
imparcialidad, la objetividad, la independencia, la neutralidad... El ejemplo más claro de que, en términos
absolutos, no existe la neutralidad informativa se evidencia desde el momento en que se elige lo que es noticia.
Cuando un periódico selecciona como noticia principal de portada la concesión de un
oscar en Hollywood o un
informe de Amnistía Internacional, está tomando una posición editorial determinada. Ya dijo Ryszard Kapuscinski
que no puede ser corresponsal quien “cree en la objetividad de la información, cuando el único informe posible
siempre resulta
personal y provisional
”.
(…)
El verdadero periodismo es intencional, a saber: aquél que se fija un objetivo y que intenta provocar algún
tipo de cambio. No hay otro periodismo posible. Hablo, obviamente, del buen periodista. Si leéis los escritos de
los mejores periodistas las obras de Mark Twain, de Ernest Hemingway, de Gabriel García Márquez,
comprobaréis que se trata siempre de periodismo intencional.
El discurso de la neutralidad se utiliza inteligentemente desde los medios de comunicación neoliberales. Basta con
observar los nombres con los que gustan denominarse en sus cabeceras:
El Imparcial
,
Informaciones
,
ABC
,
La
Nación
,
El Mundo
,
El País
,
La Razón
. Todos son asépticos y neutrales, como desean que creamos que son sus
contenidos. Su celo por aparentar ausencia de ideología les lleva incluso a prohibir a sus periodistas que tengan
ideas hasta fuera de la redacción, en su vida privada.
La ciudadanía se indigna ante cualquier intento de dirigismo político e ideológico. Sabedores de eso, la estrategia
actual de los medios es disimular a toda costa la intencionalidad para que pase inadvertida a las audiencias y pueda
ser efectiva. El objetivo es proporcionar (u ocultar) al lector, oyente o espectador determinados elementos de
contexto, antecedentes, silenciamientos o métodos discursivos (en el caso de los medios audiovisuales las
posibilidades son infinitas) para que llegue a una conclusión y posición ideológica determinadas, pero con la
percepción de que es el resultado de su capacidad deductiva y no del dirigismo del medio de comunicación. De ahí
la importancia de denunciar las falsas objetividades y neutralidades para dignificar un periodismo de principios y
valores.
Los grandes medios comerciales hablan de neutralidad periodística mientras tienen periodistas empotrados entre
las filas del ejército estadounidense en Iraq, de pluralidad informativa cuando sus redactores no salen de la sala de
prensa de la Casa Blanca y nunca han visitado un suburbio de Washington o Nueva York, de imparcialidad
mientras siguen estigmatizando en sus informaciones a los gobiernos que cometen el delito de recuperar sus
recursos naturales de las manos de transnacionales. Alardean de objetividad, pero sus páginas y espacios
informativos se reservan al oropel, el lujo y el glamour de famosos y grandes fortunas que identifican de esta ...
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