Servicial
SER
SERVICIAL
La
vida
es
más
para
servir
que
para
recibir,
al
fin
y
al
cabo,
mientras
más
servimos,
más
recibimos
Podemos
considerar
el
ser
servicial,
como
el
brindar
ayuda
de
manera
espontánea
en
los
detalles
más
pequeños,
habla
de
nuestro alto
sentido
de
colaboración
para
hacer
la
vida
más
ligera
a
los
demás.
Servir
es
ayudar
a
alguien
de
manera
espontánea,
como
una
actitud
permanente
de
colaboración
hacia
los
demás.
La
persona
servicial
lo
es
en
su
trabajo,
con
su
familia,
pero
también en
la
calle
ayudando
a
otras
personas
en
cosas
aparentemente
insignificantes,
pero
que
van
haciendo
la
vida
más
ligera.
Todos
recordamos
la
experiencia
de
algún
desconocido
que
apareció
de
la
nada
justo
cuando
necesitábamos
ayuda
que
sorpresivamente
tras ayudarnos
se
pierde
entre
la
multitud.
Cada
vez
que
ayudamos
a
alguien,
por
más
sencillo
que
nos
parezca;
esto
nos
proporcionará
fuerza
para
vencer
a
la
pereza,
dando
a
quienes
nos
rodean
un
tiempo
para
atender
otros
asuntos
o
simplemente,
descansar
de
sus
labores
cotidianas.
Estamos
conscientes
que
ser
servicial
no
es
algo
que
traigamos
de
origen;
sino
que
por
el
contrario;
es
algo
que
se
adquiere.
Y
no
de
la
noche
a
la
mañana,
sino
a
base
de
repetidos
y
constantes
actos
en
tal
sentido; en
el
plano
familiar,
en
el
laboral,
en
nuestras
relaciones
de
amistad,
etc.
Es
esa
atención
por
las
necesidades
de
los
otros
y
la
disposición
a
querer
ayudarles,
“que
va
desde
lo
más
doméstico
y
cotidiano
hasta
lo
más
trascendente”.
Las
personas
serviciales viven
continuamente
atentas,
observando
y
buscando
el
momento
oportuno
para
ayudar
a
alguien,
aparecen
de
repente
con
una
sonrisa
y
las
manos
por
delante
dispuestos
a
hacernos
la
tarea
más
sencilla,
en
cualquier
caso,
recibir
un
favor
hace
nacer
en nuestro
interior
un
profundo
agradecimiento.
A
continuación
les
damos
algunos
tips
para
favorecer
este
valor:
1. Evitemos
la
comodidad.
No
todo
en
la
vida
es
dejar
que
nos
atiendan.
Superman
va
del
océano
al
espacio
para
ayudar.
Esforcémonos
por
descubrir
pequeños
detalles
de
servicio
en
lo
cotidiano
y
común.
Contestando
el
teléfono,
tendiendo
nuestra
cama,
levantando
la
ropa
sucia,
ayudando
a
recoger
los
platos
después
de
la
comida,
etc.
2. Adiós
a
la
flojera.
¿Se
podrían
imaginar
que
Superman
no
salvará
al mundo
por
estar
acostado?
La
flojera
nos
impide
ser
serviciales.
3. Ayudemos
sin
esperar
un
pago
a
cambio.
La
intención
es
lo
que
cuenta.
Imaginemos
a
los
superhéroes
negándose
a
detener
a
los
malhechores
hasta
que
no
les
paguen.
Ellos
tienen
el
poder...
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