Esa noche llovía tanto pero tanto que anegaba lascalles de tierra de Los Tepuales. Pedro se asomo por la ventana, enseguida o llamo la tía Cata le dijo que regresara a la mesa, debíaterminar los deberes de la escuela. La tía con tono amable le dicea Pedro, tú sabes que no debes asomarte a la ventana. Lo que Pedro sabía era lo mismo que todos los habitantes de LosTepuales , que en las afueras en el casco abandonado de la estancia La Margaritajunto al arroyo triste vivía un monstruo. El pueblo se había enterado de tan extraña noticia una noche detormenta, traída por un paisano asustado enseguida se hizo verdad entre los vecinossupersticioso que sacaron a relucir las leyendas más antiguas, que en la Margarita vivió un sabio loco.Hubo en Los Tepuales una persona que dudo del dicho, era el director de la única escuela y logro reunira cinco hombres para realizar una expedición que se animara a impresionar LaMargarita. Partieron la expedición pero uno de los hombres se engancho el poncho en un árbol y asustado pego un grito queasusto a los demás, huyeron dejando solo al director.
CapítuloII: Algo.
Lo que se contaba acerca de las sombras que se movían en los alrededores de la estancia, o de las luces que titilaban enla casa en ruinas, era cierto. Un extraño ser solíamoverse entre los árboles del bosquecito que rodeaba la casa. Cómo había llegado a La Margarita era un misterio que ni él mismo, y hubiera podido hablar, habría explicado. Por lo que elmonstruo sabía que esa era su guarida y siempre estaría allí, alimentándose con lo que encontraba y evitando todo contacto con los vecinos por lo que no sentíaninguna simpatía, habíabajado al pueblo (Los Tepuales). Siempre ocultándose en las sombras de la noche. Dos o tres veces los perros lo habían corrido, ladrándole. Después de esas raras incursiones al... [continua]
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