Sexualidad En Pacientes Con Lesiones Medulares
1- INTRODUCCIÓN.
Hace un tiempo el autor del libro fue invitado a dar una conferencia sobre temas generales de psicogeriatría. Obviamente, el tema evitado era el correspondiente a la forma y función de la sexualidad en los viejos.
Esta gente se abstenía de preguntar, de saber, de investigar sobre la sexualidad en la vejez. ¿Por qué los seres humanos, ennuestra individualidad o en nuestras organizaciones sociales, reprimimos tan férreamente nuestra relación con la sexualidad de los viejos?
En primer lugar, forma parte de una dificultad generalizada para llegar al conocimiento último, científico, de la sexualidad en sus aspectos fisiológicos, psicológicos o sociales.
Afortunadamente, la capacidad, el tesón y la falta de temor tanto de losautores citados en el libro, y sobre todo de Freud y sus continuadores, nos han permitido modificar, aunque muy lentamente, este estado de cosas y poco a poco hemos podido ir estructurando nuestros conocimientos en un cuerpo de doctrinas que gracias a la interconexión de diversas disciplinas, al modificar nuestros prejuicios, posibilitan establecer sólidos conocimientos científicos.
Paralelamente,se ha desarrollado como consecuencia lógica, una modificación paulatina de la conducta sexual humana manifiesta, y también ha proliferado una considerable industria de la pornografía en razón directa del grado de represión anterior.
Hoy conocemos las intrincadas fantasías que configuran el mundo imaginario de la relación del sujeto-niño, del sujeto-adolescente, del sujeto-adulto, pero sinembargo, una mano misteriosa parece haber detenido las cosas en este punto, y lo referido a la relación sujeto-viejo con su sexualidad, en cualquiera de sus órdenes, sigue siendo inexplorado.
En primer lugar, hay que reconocer que aún hoy subsiste una fuerte ola de puritanismo que se enraiza en nuestra cultura. Las personas viejas han nacido en el primer cuarto de este siglo, y provienen defamilias constituidas en el siglo pasado.
El psicoanálisis nos ha familiarizado con la noción de que el individuo construye su identidad por identificación con las figuras significativas de su infancia, se refiere a la identificación con las conductas normativas (superyó) y que se establece en relación con las conductas normativas de los padres. Abarcan todo lo que el sujeto “debe ser” y todo lo que“no debe ser”.
Esta visión puritana de la sociedad despliega sus aspectos moralistas en conceptos tales como que la sexualidad en los viejos no es ni posible ni necesaria, y si ocurre, no es normal. Se constituye así un doble juicio de valores: se niega la sexualidad y la idea de su presencia escandaliza, y se torna fuerte el clisé de “viejo verde”.
Otra barrera es la presión de la opinión. Lapersona de edad teme al escándalo o simplemente al ridículo, se vuelve esclava del “qué dirán”. Sus propios deseos le avergüenzan, los niega y se defiende de sus impulsos sexuales al punto de reprimirlos en el inconsciente.
Esta moral puritana impone al mismo tiempo la prohibición de verbalizar esta problemática, se le suma la imposibilidad de buscar ayuda. Con la propia pareja no se habla deestas cosas: o se tiene relaciones o no se las tiene. Con los amigos no se puede por temor al ridículo, los hijos suelen ser malos receptores de estos conflictos, el consejo religioso indicará resignación, por lo tanto sólo queda el médico, y algunos viejos que se deciden a consultar abiertamente, suelen chocar con el silencio cómplice de los profesionales.
La impronta que esta moralidadha dejado no es la misma para los hombres que para las mujeres. De los hombres entrevistados, el 6% manifestó consultar por problemas de índole sexual. En cambio sólo el 0,9% de las mujeres consultó por ese problema. El resto de las mujeres, cuando eran interrogadas sobre si tenían relaciones sexuales, manifestaban como respuesta tipo: “Ah no, por suerte ya no más!”.
Nuestra cultura está...
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