Sexualidad
Orientaciones educativas
8/12/1995
Pontificio Consejo para la Familia
INTRODUCCIÓN
La situación y el problema
1. Entre las múltiples dificultades que los padres de familia encuentran hoy, aun teniendo
en cuenta los diversos contextos culturales, se encuentra ciertamente la de ofrecer a los
hijos una adecuada preparación para la vida adulta, enparticular respecto a la educación
en el verdadero significado de la sexualidad. Las razones de esta dificultad, por ot ra parte
no del todo nueva, son diversas.
En el pasado, aun en el caso de que la familia no ofreciera una explícita educación sexual,
la cultura general, impregnada por el respeto de los valores fundamentales, servía
objetivamente para protegerlos y conservarlos. La desapariciónde los modelos
tradicionales en gran parte de la sociedad, tanto en los países desarrollados como en vías
de desarrollo, ha dejado a los hijos sin indicaciones unívocas y positivas, mientras los
padres se han encontrado sin la preparación para darles las respuestas adecuadas. Este
contexto se ha agravado por un obscurecimiento de la verdad sobre el hombre al que
asistimos y que conlleva,además, una presión hacia la banalización del sexo. Domina una
cultura en la que la sociedad y los medios de comunicación ofrecen a menudo una
información despersonalizada, lúdica, con frecuencia pesimista y sin respeto para las
diversas etapas de la formación y evolución de los adolescentes y de los jóvenes, bajo el
influjo de un desviado concepto individualista de la libertad y de un contextodesprovisto
de los valores fundamentales sobre la vida, sobre el amor y sobre la familia.
La escuela, que, por su parte, se ha mostrado disponible para desarrollar programas de
educación sexual, lo ha hecho frecuentemente sustituyendo a la familia y en general con
fórmulas puramente informativas. A veces se llega a una verdadera deformación de las
conciencias. Los mismos padres, a causa de lasdificultades y por su falta de preparación,
han renunciado en muchos casos a su tarea en este campo o han querido delegarla a
otros.
En esta situación, muchos padres católicos se dirigen a la Iglesia, para que ofrezca una
guía y sugerencias para la educación de los hijos, sobre todo en la etapa de la niñez y la
adolescencia. En particular, los mismos padres expresan a veces su dificultadfrente a la
enseñanza que se da en la escuela y que los hijos traen a casa. El Consejo pontificio para la
familia ha recibido, de esta forma, repetidas e insistentes solicitudes para formu lar unas
directrices en apoyo a los padres en este delicado sector educativo.
2. Nuestro dicasterio, consciente de la dimensión familiar de la educación en el amor y del
recto vivir la propia sexualidad, deseaproponer algunas líneas -guía de carácter pastoral,
tomándolas de la sabiduría que proviene de la palabra del Señor y de los valores que han
iluminado la enseñanza de la Iglesia, consciente de la «experiencia de humanidad» que es
propia de la comunidad de los creyentes.
Queremos, pues, ante todo, unir estas indicaciones con el contenido fundamental de la
verdad y el significado del sexo, enel marco de una antropología genuina y rica. Al ofrecer
esta verdad, somos conscientes de que «todo el que es de la verdad» (Jn 18, 37) escucha
la palabra de quien es la misma Verdad en persona (cf. Jn 14, 6).
La presente guía no quiere ser ni un tratado de teología moral ni un compendio de
psicología, sino tener en cuenta las aportaciones de la ciencia, las condiciones socio culturales dela familia y los valores evangélicos que conservan, para cualquier tiempo, la
frescura siempre actual y la posibilidad de una encarnación concreta.
3. Algunas innegables certezas sostienen a la Iglesia en este campo y han guiado la
redacción del presente documento.
El amor, que se alimenta y se expresa en el encuentro del hombre y de la mujer, es don de
Dios; por esto es fuerza positiva,...
Regístrate para leer el documento completo.