Sexualidad
Cuando ella esbozo una sonrisa él se sintió con ganas de gritar: ¡Tevoy a dejar, así que no sonrías más!, pero simplemente le ofreció un poco de su aperitivo, eso era algo que también lo sacaba de quicio de su mujer, ella nunca pedía aperitivo ni postre pero siemprese comía los de él casi enteros, lo peor de todo es que él siempre acababa pidiendo lo que le gustaba a ella: –Ya no sé si realmente me gustan los profiteroles, pensó con un aire grave y solemne.Cuando ella se echó a llorar como no lo había hecho nunca lo primero que pensó es que ella sabía que la iba a dejar por María Cristine, la famosa azafata a la que amaba desde hacía año y medio.
–Yaestá, pensó él, lo sabe, hace tiempo que lo sabe, debería haberlo imaginado; sin dejar de llorar ella sacó unos papeles del bolso y se los entregó… con una terminología médica aséptica decía que teníaleucemia… en fase terminal.
–Lo siento
En un instante el motivo del almuerzo se esfumó de su pensamiento y una extraña voz metálica empezó a decirle: –TIENES QUE ESTAR A LA ALTURA DE LASCIRCUNSTANCIAS.
Y eso fue lo que hizo: para empezar pidió tres raciones de profiteroles para llevar y envió un mensaje a su amante: ––OLVIDAME, SERGIO
Dispenso a su mujer todas las atenciones que hasta...
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