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Declaración de Budapest
"Hace una docena de años que prácticamente desaparecieron todas las dictaduras comunistas de Occidente, pero con una lamentable excepción: Cuba. Lo que no quiere decir que la situación se ha mantenido estable dentro de la Isla. Por el contrario: la desaparición del subsidio soviético ha provocado una notable disminución de la capacidad de consumo de los cubanos, laprostitución ha alcanzado niveles escandalosos, y el mundo ha visto con horror episodios dantescos, como la huida en masa de decenas de miles de "balseros" que intentaban llegar a Estados Unidos, aún a riesgo de perder la vida, como les ocurrió a muchos de ellos durante el éxodo de 1994.
Simultáneamente, durante ese mismo periodo ha habido un aumento notable de la resistencia de los demócratas dentrodel país, incrementándose los grupos defensores de los Derechos Humanos, la aparición de periodistas independientes y de partidos políticos que intentan actuar dentro de los cauces legales, algo que les niega la dictadura de Castro. La sociedad civil cubana, sin duda, se va fortaleciendo al margen del Estado, siempre en pugna con la policía política, brazo armado del Partido Comunista einstrumento que mantiene vigente el viejo sistema calcado del modelo soviético liquidado en Europa por el peso de sus propios errores y atropellos.
A nosotros, sobrevivientes de la misma experiencia comunista, ciudadanos que durante muchos años compartimos ese triste destino, la suerte de los cubanos no nos resulta indiferente. Durante décadas compartimos asuntos políticos, económicos y culturales; decenasde miles de cubanos viajaron a nuestros países como estudiantes, trabajadores o artistas. Muchos de ellos formaron familias con personas de nuestras diferentes naciones, entonces integradas en el llamado "Este europeo".
Basados en esos fuertes lazos es que ahora nos dirigimos al pueblo y al gobierno cubanos para exhortarlos a que no demoren más la inevitable transición hacia la democraciapolítica y la libertad económica. Cuba no debe seguir siendo la anacrónica excepción totalitaria de Occidente. Todos nuestros países se han movido en esa dirección, y el conjunto de nuestras sociedades respalda los cambios decididamente. Prueba de ello es que ningún pueblo de cuantos han conseguido abandonar el comunismo ha solicitado retroceder al antiguo modelo de partido único, economía estatal yausencia de libertades individuales. Quienes defienden ese retroceso escasamente alcanzan el diez por ciento del censo electoral. No tenemos por qué pensar que los cubanos son diferentes o aman menos la libertad y la dignidad humana que nosotros los europeos.
Sabemos que no es una evolución sencilla, pero a medio plazo sin duda alguna resultará benéfica para la inmensa mayoría de los cubanos.Sustituir el viejo modelo centralizado, dirigido por burócratas y funcionarios, e introducir la libertad económica, no es un cambio fácil, pero es indispensable llevarlo a cabo cuanto antes. Eliminar la hegemonía absoluta del partido comunista y propiciar la existencia de diversas ideologías y formas de pensar también requiere un período de adaptación, pero es así como funcionan las veinte naciones másprósperas y felices del planeta, y ése debe ser el objetivo de la transición. Más aún: nuestra experiencia múltiple y rica podrá resultar extremadamente útil para el momento en que los cubanos puedan iniciar los inevitables cambios. No tienen que cometer los errores que nosotros hemos cometido. Está al alcance de ustedes repetir nuestros aciertos. Cuando llegue ese momento, encontrarán extendidanuestra mano fraterna."
Budapest, 22 de marzo de 2002





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