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El jaguar cambiaformas, Brent, está en la misión más
importante de su vida, encontrar a sus hermanos
desaparecidos. Años atrás, la casa de su familia fue atacada
por los Cuervos y estos los separaron de sus hermanos. Brent
no ha olvidado a sus hermanos perdidos y hará todo lo posible
para traerlos de vuelta a casa. Hasta que descubre que la
clave de la ubicación de sus hermanos es un halcóncambiaformas llamado Daniel.
Daniel ha estado en la mira de los Cuervos desde que
eliminaron a casi todos los de su especie. Ocultándose,
viviendo como un ser humano, lo último que quiere es que lo
lleven de vuelta a su mundo de nacimiento, el de los
cambiaformas. Entonces se despierta para encontrarse con un
cambiaformas jaguar en su dormitorio, exigiendo su ayuda. A
pesar de que se resiste ahacerlo, Daniel echa un vistazo a la
desesperación en los ojos de Brent y sabe que tiene que
ayudarlo.
Incluso el cambiaformas más joven sabe que los gatos y
los pájaros no se mezclan. Pero nada detiene la atracción que
los dos hombres sienten uno por el otro. Mientras luchan
contra viejos y nuevos enemigos, sus sentimientos de amor
crecen. ¿Serán capaces de superar toda una vida de odio y
prejuicio paraestar juntos, o tendrán que pagar el precio final
del amor?

Si soleadas playas, las olas del mar y las margaritas,
eran un regalo de Dios, el hielo, la nieve y las tormentas de
nieve eran la mayor mierda que Satanás había dejado en el
mundo.
Daniel respiró cogiendo fuerza antes de bajarse de su
coche y meterse de lleno en el inicio de una tormenta de
nieve impresionante. Al instante, el airefrío se filtró a
través de su pesado abrigo de cuero y empezó a temblar. El
viento frío se estrellaba contra su cuerpo, haciendo que se
deslizase en un trozo de hielo, y antes de poder
recuperarse, perdió el equilibrio y se cayó.
Sí, esto fue sin duda un buen trabajo del hombre
para ir abajo.
Si había algo que Daniel nunca había soportado
mientras crecía, era el tiempo frío. Tal vez porque era uncambiaformas halcón y al pájaro en él no le gustaba la
nieve. Había una razón válida para que todos sus
homólogos se dirigieran al sur cada año. Si tuviera dos
dedos de frente, se habría unido a ellos en lugar de tomar
un trabajo con poca paga. Pero la necesidad de anonimato
lo mantenía en Minnesota, donde su única forma de
entretenimiento estaban siendo sus bolas congeladas.
Infiernos, tal vez suhermano Colin no se había
equivocado al llamarlo quejica. Por supuesto, había sido
hacía casi dos décadas, cuando Colin le había lanzado las
palabras. Fue su manera de despedirlo, pero algo le decía

que la opinión de su hermano no había cambiado en los
últimos años.
De todos modos, Daniel no podía esperar para entrar
en casa y encender el fuego. Tal vez incluso pudiera añadir
un poco deaguardiente de menta a la mezcla, vivía la vida
realmente en el borde. Además se arroparía con su manta y
entonces estaría en el cielo, Satanás sería condenado. Lo
único que le faltaba era un cuerpo caliente dispuesto a
restregarse, pero uno no siempre obtiene todo lo que
quiere.
Tirando del cuello de su chaqueta para protegerse el
rostro de otra dura ráfaga de viento, corrió por el camino
de la vieja casade campo, que estaba en muy mal estado,
manteniendo el equilibrio mientras subía los escalones del
dañado porche. Él no iba a quejarse, ya que había vivido en
lugares peores.
Era noche de fiesta, el cielo estaba más oscuro desde
que estaba en la mitad de mierda de la nada y no había
alumbrado público. Eso fue antes de añadir la fuerte
nevada, que era más fuerte a cada minuto que pasaba. A
pesar desu visión mejorada, tenía problemas para ver a
más que unos pocos metros. Cuando se tropezó con algo,
maldijo por haber olvidado dejar encendida la luz del
porche al salir.
Por suerte, llegó a la puerta sin caerse de culo. Justo
cuando estaba levantando los dedos entumecidos para abrir
la cerradura, notó que no había el más mínimo susurro de
movimiento a su izquierda. No era mucho, de hecho...