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Segunda parte del artículo sobre retrovirus hu.manos. En 1984 se demo'stró que

lo causaba el tercer retrovi.rus humano conocido. Aunque se ha obtenido
ya muchainformación relativa al agente, ,sr¿s secuelas serán muy graves
el stoe

Robert C. Gallo

I srna, dramáticas siglas con las
que se conoce el síndrome de
inmunodeficiencia adquirida,

i
:constitui,e sin duda la primera pandemia de la segunda mitad del siglo xx.
Detectado en L981, sus origenes hay
que buscarlos en Africa central, donde
,rprobablernente se produjo la primera'infección de un ser humano, quízá ya
en Ia década de 1950. Desde esa zona
se propasó al Caribe y posteriormente
¡$ a Estados Unidos y Europa. Sólo en

F*,

Norteamérica podría haber unos dos

§.pmillones

"

Oe

péñ.,nrs inr""tr¿ar pn

tas

á¡eas endémicas de Africa y el Caribe
la situación es mucho más grave; en algunas zonas podrfa ser demasiado
tarde para impedir la mueite deun nú-

mero inquietantemente alto de personas.

.

No obstante el desolador cuadro epidemiológico del sroe, es mucho Io que
se ha averiguado sobre sus causas, y en
muy poco tiempo. A los tresaños de
haberse detectado la enfermedad, se
había ya demostrado de forma inequ!
voca que el agente causante del mal éra
el tercer retrovirus humano conocido,
el virus linfotrópico T-Iil humano(HTLV-III). también llamado virus de
inmunodeficjencia humano (HIV).
Como ocurre con otros retrovirus. ál

material genético del

*i,

HTLV-III

es de

ARN.
'Cuando el virus entra en unacélula

$,
t

ffiL
§'ffi&rr

ffii
ffi,.i

,'hbspedadora, Ia enzima vírica retrotranscriptasa utiliza ese ARN de rnolde
para sintetizar una molécula de ADN,
que avanza hasta el núcleo dela célula
y se integra en sus cromosomas, donde

-

se replicará conjuntamente con

el

ADN de la célula hospedadora.
En el caso del HTLV-III, Ia cétula
infectada suele ser un linfocito...