Sienna Anderson Escondido En Tu Mirada

Sienna A n d erson

ES C O N D I D O E N
TU MI R A D A

ÍNDICE
Capítulo 1 Error: No se encuentra la fuente de referencia
Capítulo 2 Error: No se encuentra la fuente de referencia
Capítulo 3 Error: No se encuentra la fuente de referencia
Capítulo 4 Error: No se encuentra la fuente de referencia
Capítulo 5 Error: No se encuentra la fuente de referencia
Capítulo 6 Error: No se encuentra la fuentede referencia
Capítulo 7 Error: No se encuentra la fuente de referencia
Capítulo 8 Error: No se encuentra la fuente de referencia
Capítulo 9 Error: No se encuentra la fuente de referencia
Capítulo 10Error: No se encuentra la fuente de referencia
Capítulo 11Error: No se encuentra la fuente de referencia
Capítulo 12Error: No se encuentra la fuente de referencia
Capítulo 13Error: No se encuentra lafuente de referencia
Capítulo 14Error: No se encuentra la fuente de referencia
Capítulo 15Error: No se encuentra la fuente de referencia
Capítulo 16Error: No se encuentra la fuente de referencia
Capítulo 17Error: No se encuentra la fuente de referencia
Capítulo 18Error: No se encuentra la fuente de referencia
Capítulo 19Error: No se encuentra la fuente de referencia
Capítulo 20Error: No se encuentrala fuente de referencia
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referencia

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SIENNA ANDERSON

ESCONDIDO EN TU MIRADA

Se ha dicho que el tiempo cura todas las heridas.
No estoy de acuerdo.
Las heridas permanecen.
En el tiempo, en la mente.
Cicatrizan, y el dolor disminuye.
Pero nunca se van.
ROSE KENNEDY

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SIENNAANDERSON

ESCONDIDO EN TU MIRADA

Capítulo 1
Lexington, Virginia
La camioneta se adentró en el sendero pedregoso de aquella área casi inhóspita,
y su conductor tuvo que hacer una maniobra para no perder el control del vehículo.
Jon Kellerman lanzó varias maldiciones al aire mientras el ritmo de su corazón
recuperaba la normalidad.
Se detuvo un segundo y buscó el mapa que había dejado abiertosobre el
asiento del acompañante; lo observó cuidadosamente y elevó una plegaria al cielo
pidiendo no haberse perdido. Era la primera vez que visitaba aquella zona alejada
del este de Virginia y el motivo que lo llevaba hasta allí esa calurosa mañana de
verano tenía que tratarlo él en persona. Habría sido inútil delegarlo en alguno de sus
agentes. Si alguien podía convencer a Erin Campbell de queaceptara lo que venía a
proponerle, sin dudas, ese era él.
Según el viejo mapa que había conseguido en un puesto perdido en medio de la
carretera no faltaba mucho para llegar a su destino; a partir de ahora solo debía
seguir por la ruta estatal 81, desviarse luego hasta alcanzar el Paso de Whites y seguir
el curso del río Maury hacia el noreste.
—¡Por Dios, Erin! ¡Te has venido a vivir al fin delmundo! —se quejó en voz alta
mientras se secaba el sudor de la frente con la manga de la camisa.
Encendió la radio y detuvo el dial cuando escuchó el informe que hablaba del
clima bochornoso que dominaba casi todo el estado desde hacía más de una semana.
Recordó que una vez Erin le había dicho que el calor agobiante podía actuar como
disparador en alguien que hubiera tenido enterrados dentro de sumente los instintos
de salir y matar a alguien.
Precisamente la razón que lo empujaba hasta Lexington tenía que ver con un
terrible asesinato que la policía de Wichita no había podido resolver.
Era plenamente consciente de que quizá su viaje fuese en vano, pero debía
hacer el intento. No le había avisado a Erin de su visita para no ponerla en alerta, la
conocía lo suficiente como para saber que, dehaberlo sabido, su amiga, a la que no
veía desde hacía casi cuatro años, se habría marchado para esconderse en un sitio en
donde él ni nadie pudieran encontrarla.
Atravesó el puente sobre el Río Maury y siguió camino a través de la carretera;
divisó la inmensidad y majestuosidad de las montañas Azules que se extendían a su
alrededor y se sintió sobrecogido. Según el mapa, Lexington se encontraba...