Sigmud Freud
Tutor de Freud durante 40 años, Brucke fue el primero de una serie de hombres que Freud veneró y emuló antes de tomar su propia dirección. “Brucke era muy estricto con los estudiantes de medicina que trabajaban con él, era muyexigente”, Freud sentía admiración y una dosis de temor igual a lo que uno siente por un padre muy inteligente y exigente. Siendo un joven investigador, Freud disecó el cerebro y estudió su anatomía bajo el microscopio e hizo dibujos muy asertivos, sobre el esto.
Cuando Freud tenía 26 años, conoció a Martha Bernays de 21 años, quien fue invitada a su casa por una de sus hermanas, Sigmud se quedóboquiabierto cuando la vio cortando una manzana, “aquella chica, sentada en la larga mesa, hablaba con un encanto sorprendente mientras pelaba manzanas con sus pequeños dedos; desde ese día creo en milagros”, Sigmund solía cenar solo en su habitación, para continuar con sus estudios de neurología, pero Martha le causó tal impresión que el joven decidió quedarse en el comedor. Para Martha también fue un amora primera vista. Pronto le empezó a enviar rosas todos los días y le decía princesa, a los 2 meses se comprometieron, para Freud representaba un gran triunfo: ella le había elegido a pesar de su pobreza y ateísmo.
Pero Freud era muy pobre para casarse con Martha, un estudiante sin dinero, que aun vivía con sus padres. Sin ninguna probabilidad de ganar un sustento trabajando como científico ydesesperado por casarse con Martha, tomó una dolorosa decisión, 6 meses después de conocerla, Freud sacrificó sus ambiciones por la mujer que amaba, decidió convertirse en médico. Freud pasó 3 años solo en el hospital de Viena, probando en cirugía, medicina interna y psiquiatría sin saber cuál iba a ser su especialidad.
Impaciente leía hasta tarde en las noches Get, Shaquespire, Cerbantes, Freudaprendió a hablar español de manera autodidacta, únicamente por el placer de leer “El Quijote de la Mancha” en el idioma original.
Veía muy poco a Martha, quien se había mudado con su familia al norte de Alemania, muy lejos de Viena, pero todos los días le escribía largas y apasionadas cartas “Querida Marti, estos momentos difíciles no me van a desanimar, se cuan dulce eres, y que puedes...
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