SIMBOLISMO DEL MARTÍN FIERRO
SIMBOLISMO DEL MARTÍN FIERRO
Texto de la conferencia leída en la audición "La Conferencia de Hoy", por LRA, Radio del Estado. Buenos
Aires, Talleres Gráficos de Correos y Telecomunicaciones, 1955, 15pp.
Reproducida en
La Opinión
, Buenos Aires, Suplemento cultural, 25 de junio de 1972, pp. 13, con el título:
"Un texto desconocido de Leopoldo Marechal:
"Martín Fierro o el arte de ser argentinos y americanos".
Lo que voy a intentar
en esta disertación no es la tarea de profundizar los estudios de un
Martín Fierro
circunscripto a sus meros valores literarios. Por fortuna, la obra de José Hernández
tiene hoy un lugar de privilegio en los programas oficiales de literatura y una biografía cuyo volumen , riqueza y minuciosidad parecerían constituir un desagravio al menosprecio y al olvido
en que la crítica erudita mantuvo al poema durante muchos años.
Nuevas lecturas del
Martín Fierro,
últimamente realizadas la luz de una "conciencia histórica"
que se nos viene aclarando a los argentinos desde hace varios lustros, hicieron que yo
considerase al poema, no ya en tanto que "obra de arte", sino en aquellos valores que trascienden los límites del arte puro y hacen que una obra literaria o artística se constituya en el paradigma de
una raza o de un pueblo en la manifestación de sus potencias íntimas, en la imagen de su destino
histórico.
Las grandes epopeyas clásicas están en esa línea o en ese linaje de obras. ¿El poema de José
Hernández tiene, por ventura, esa capacidad de trascendencia? Si demostramos que la tiene, los profesores de literatura ya no vacilarán en la especificación
del "género" a que pertenece la obra gaucha. Y entonces el
Martín Fierro
no sólo constituirá para
nosotros la materia de un arte literario, sino la materia de un arte que nos hace falta cultivar
ahora como nunca: el arte de ser argentinos y americanos.
El
Martín Fierro
de José Hernández constituye un milagro literario. Y tomo la palabra "milagro" en su cabal significación de "un hecho libre", que se da súbitamente fuera y por
encima de las leyes naturales y de las circunstancias ordinarias.
Ubíquese al
Martín Fierro
en la literatura nacional de su época, y se lo verá surgir, monumento
grave y solitario, entre las simples, bien que auténticas, formas de una poesía folklórica, o entre
las no auténticas ni simples formas de una
poesía erudita que, presa ya de un complejo de
inferioridad que gravitaría largamente sobre las virtualidades creadoras del país dedicaba sub
empeños a la mimesis del romanticismo francés o del pseudo clasicismo español.
De naides sigo el ejemplo,
naide a dirigirme viene, yo digo cuanto conviene
y el que en tal gueya se planta,
debe cantar, cuando canta,
con toda la voz que tiene.
Sin complejo ninguno, "con toda la voz que tiene",
Martín Fierro
se parece bastante a un
hecho libre
de la literatura nacional, producido, como todo milagro aleccionador, en el instante
justo en que se lo necesitaba, es decir,cuando la nueva y gloriosa nación, habiendo nacido recién
de la guerra, como todo lo que merece vivir, debía reclamar con las obras su derecho a la grandeza de los libres, tal como había reclamado ese derecho a la existencia en la libertad.
Yo diría que ese derecho a la grandeza de los libres solo puede reclamarse de una manera: con
grandes actos de merecimiento. Y el poema de José Hernández, inusitado en su monumentalidad,
es un acto de merecimiento y una invitación a la grandeza, cumplidos en el alborear de una patria ...
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