Sin oferta de futuro

:: Sin oferta de futuro ::


Corría el año 2012, y el panorama económico y social de España no era más que la bienvenida al Neoliberalismo más puro, durante años maquillado y que ahorairremediablemente dejaba de ser “cosa de extranjeros”.
Una reseña de este tipo, podría ser de aquí a unos años, la introducción a cualquiera de los capítulos del libro de historia en un aulade secundaria. Una reseña que contiene un término (neoliberalismo) que es un alto condicionante del sistema educativo de nuestro país. Un sistema que va desde el fracaso republicano, lacristianización en la dictadura, la restauración en transición y la experimentación durante toda la democracia. Eso sí, politizado en cualquiera de sus etapas.
En las últimas décadas, hemos sidotestigos de un sistema minusválido: por su incompetencia ante el resto de Europa. Insolidario: por la falta de recursos hacia personas con dificultades y/o altas capacidades. Desmotivador: por lasdinámicas docentes basadas en la competencia y los resultados. Y todo ello multiplicado por diecisiete sistemas autonómicos que tan solo han conseguido más desigualdad y convertir la educación enarmas identitarias de incompetencia masiva, hacia dentro y hacia afuera.
Pero bien, el pensamiento dicotómico pocas veces es constructivo, de ahí que cabe reconocer, que en nuestro paístambién hay grandes científicos, grandes ingenieros, grandes humanistas (aunque estos últimos no sean rentables al sistema), eso sí, todos ellos complementados en países donde los niños no compiten enla escuela, se desarrollan. Los adolescentes aprenden, aparte de aprobar. Y las universidades aún no se han convertido en institutos.
En definitiva, ya sea la escuela pública y del pueblopresumida por la izquierda, o la elitista y privatizada escuela de la derecha, han demostrado que “el futuro” ya no es algo que puedan ofertar a sus conciudadanos.

F. Pérez
Noviembre 2012