Sin razón
Luego de unprolongadísimo silencio, en el que sin pausa ni mesura, lloré y me preguntó cómo me sentía, ‘cómo crees’ le respondí de la manera más grosera y malcriada que pude hacerlo, luego le pediría disculpaspor mi actitud.
Dejé que pasen unos minutos más mientras el silencio incomodísimo seguía acorralándonos. Al cabo de un par de minutos que me ayudó a recobrar los sentidos, dije Ok., ya estoy mejor,cuéntame todo, y por favor no omitas ningún detalle, sé claro y directo’, mientras me volteé y me acomodé para escuchar mejor.
Me dijo que era difícil contarme lo sucedido, que había pensado muchoen lo que debía hacer. Primero pensó en no decirme nada pero luego desistió de callar, aunque todo era bastante claro en todos sus mensajes, "no dejes que ella te amedrente, gracias por dejarmeamarte, princesa, te ves tan linda dormida, tienes un cuerpo de tentacion"
Yo ya no podía hablar, miraba por toda la habitacion y logre distinguir mi anillo, mientras esa pequeña piedra que significabatanto relucía al contacto con la luz, queria tirarlo, romperlo, quería que se diluyera, que nada de lo que estaba sucediendo fuera verdad. Sentí que quería abrazarme, pero no lo hacía, en ese momentola cobardía nos invadió, no podía creer lo que estaba pasando, no podía creer que él me estuviera engañando, no podía creerlo de él, no de él.
Comenzó el relato. Me contó que había sucedido hacíaunos días, Él confesó, que esa mujer efectivamente era su amante, que vivían un romance –sin importancia- que él me amaba y que con ella solo ‘la pasaba bien’, que ese furtivo romance había...
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