Sin ti

Sin ti
Aunque deseaba compartir la danza, Michael no se permitió interrumpir tanta belleza. El cuerpo perfectamente torneado de ella se meneaba pacíficamente, infantilmente, meciéndose y rindiéndoseal ritmo de la música. Lo volvía loco verla actuar tan sugerente. Michael sabía que ella se enojaría si lo descubría espiándola, mirándola sin permiso, pero no le importó. Su inocencia eraencantadora, su hermosura arrebatadora. Además era un espectáculo para sus ojos.
Un vestido largo semi-transparente cubría su cuerpo, y una leve capa de sudor le daba a la superficie de la piel un brilloatractivo. Se veía demasiado hermosa para ser real. En ese instante de lucidez en medio de tanta euforia visual, Michael se dio cuenta que jamás había amado tanto a otra mujer como a ella.
Ella salió desu ensueño y abrió los ojos. “Debe haberme escuchado” pensó, mientras ella se volteaba hacia él. Sus labios gruesos esbozaron una sonrisa torcida hacia él, y entonces comenzó a sonar la siguientecanción. Cada vez aumentaba más el volumen.
Una punzada de pánico invadió el cuerpo de Michael cuando se dio cuenta qué canción era. Le costaba tragar y mantener la postura. Un sudor frío salió de susporos y el terror lo consumió. La realidad se le hacía más distorsionada y respirar se volvía más difícil, complicado. La incontrolable ansiedad lo agobiaba eternamente mientras se acercaba al equipo.Todo perdió su textura natural. Entre más ruidosa la música, más difícil era para él moverse. Tenía que sacar el CD, pero no podía moverse lo suficientemente rápido. Ella ya había puesto el cañón de lapistola contra su sien. Y disparó.

Michael se despertó cubierto de sudor. Un callado grito aún se ahogaba en su garganta. Cerró los ojos con fuerza y trató de tranquilizarse. Dirigió su mirada a lamesa de luz que estaba a su lado, y allí vio un par de pastillas desparramadas y una lata de cerveza a medio vaciar. Suspiró. Llevaba seis horas de coma auto-inducido por alcohol y drogas sólo para...