sin titulo
¡Bruno, ya son las seis y el bus pasa dentro de media hora!
¡Ya voy mama!, le dije gritando.
Me levanté, tome el uniforme del closet, y lo puse sobre la cama, di un suspiro y luego vi por laventana y pensé: ¡Que día me espera!
Traté de ir lo más rápido que pude hacia el baño, pero debido al sueño, chocaba con cualquier cosa que tuviera enfrente, pero mama, sin darse cuenta, solo sabía gritarme que ya era tarde, (si no me dijera eso cada cinco minutos nunca me daría cuenta).
Ya en el baño, miré al espejo, y empecé a payasear, a hablar conmigo mismo, me levantaba un poco la autoestima quehabía sido dañada el día anterior, ya que con el tiempo descubrí, que yo podía ser mi mejor admirador, y con eso se abandona el hábito de mendigar por la aprobación de los demás. Mientras todo eso pasaba, no faltaba el: ¡Ya es tarde! De mamá.
Me terminé de bañar y comí mi desayuno, le dije adiós a mamá y me fui a esperar el bus que pasaba a las 6:55 con rumbo al Liceo. En el trayecto solo ibapensando en una cosa: la mierda de vida que estaba llevando. Tengo muchos amigos y todavía más personas que conozco, me han dicho que soy un tipo atractivo, alguien con quien pasar el rato es muy agradable, (¿En serio?,¿Pasar el rato, acaso soy un juguete para las demás personas?), interrumpí los pensamientos tan críticos y profundos debido a que, justo estaba llegando a la parada de bus, cuando elbus ya se estaba yendo al Liceo, corrí lo más que pude, pero al conductor nunca se detuvo, a pesar del esfuerzo que hice para alcanzarlo , era más que obvio, hoy iba a llegar tarde, y junto con eso un reporte, el sexto en un mes, ¡qué bonita forma de empezar el día!, ¿no lo crees?.
Llegué al Liceo a eso de las 7:10, y lo primero que me encontré antes de entrar a clases, fue a la consejera, unaseñora gorda, de unos cuarenta años, usa lentes, es de las pocas mujeres que usa gelatina en el pelo, y lo más tenebroso de esa mujer, era la asquerosa verruga con pelos que se movía cuando hablaba, era de ese tipo de verrugas que las personas quedan viendo fijamente, y no saben si tocarla con un palo para saber si es un bicho al que se le ocurrió hacer un nido en la cara de la señora, que de por sí,ya era fea y amargada, esa verruga la hacía ver peor.
Dejando la terrible imagen a un lado, la consejera Valladares, (así es como se llama), le dijo a un maestro: ¡No hay remedio para ese muchacho!, supuse que de quien hablaba, era de mí. Se dirigió hacia mí como coronel nazi gritándome:
¡Señorito Bruno! (esa era la forma en que trataba a los varones en el lugar, no pregunten porque), ¡Esta esla sexta ocasión en que llega tarde en este mes!
Si lo sé, es que… tuve que correr para alcanzar el autobús, pero el conductor nunca se detuvo.
¡No me dé excusas!, que no es la primera vez que escucho esa historia, y créame que no va a ser la última.
Le prometo que no volverá a suceder, le dije con la cabeza mirando hacia abajo.
¡Claro que no volverá a pasar!, porque hablaré con tu madre paratratar el asunto.
Lo único que pensé fue: ¡¡¡Que!!! , y junto con eso, una expresión en mi cara como si me hubieran golpeado en las partes íntimas, y ella como sabiendo lo que eso significaba para mí, dijo:
Es más, te voy a dar a dar un citatorio para que se lo entregues a ella, y espero que ese citatorio llegue a su madre, y espero también que no se pierda, (por alguna misteriosa razón, loscitatorios que me daba la consejera Valladares siempre se perdían)
Si señora, le contesté.
Me dio el citatorio, lo tomé, y me di la vuelta para ir al salón de clases, lo último que le escuche decir fue algo como: Jóvenes de ahora, todos son unos irresponsables.
Yendo al salón, iba pensando como deshacerme de ese citatorio, pero no se me ocurría nada, mi mente estaba en otro lado, exactamente...
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