sin titulo
Este tema analiza las raíces políticas, el surgimiento y el desarrollo del movimiento de mujeres indígenas que cobra gran relevancia en nuestro país a partir de los años noventa. Su composición indígena y femenina, la articulación nacional que logra su organización, sus redes continentales, la naturaleza de sudiscurso, de sus reivindicaciones y acciones, evidencian el surgimiento de un nuevo sujeto social, que si bien comparte la agenda del movimiento indígena mixto y encuentra puntos de convergencia con el movimiento feminista, no puede diluirse en uno ni en otro, sino que obliga a reconocer la dimensión genérica de la desigualdad social en el proyecto del movimiento indígena, y la pluralidad de sujetos yestrategias políticas al interior del movimiento feminista. En el análisis se destacan las contien- das y logros de las indígenas organizadas, en torno a la equidad de género y la construcción de su ciudadanía. En esta reflexión develamos la configu- ración de un feminismo indígena, con muchos retos por delante, pero tam- bién con experiencias y discursos que van modificando las relaciones de poder ylas desigualdades de género en las sociedades indígenas.
En las sociedades rurales, pero en especial en los pueblos indígenas con los más altos índices de marginalidad social en el país, a los reza- gos acumulados por una industrialización que privilegió el desarrollo de la ciudad sobre el del campo, se sumó un ajuste estructural que redujo recur- sos para el agro, privatizó empresasparaestatales de apoyo al campo y pactó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan), que sometió a los campesinos a una competencia desigual con agricultores estadouni- denses, cuyos recursos productivos y subsidios gubernamentales son mucho mayores que los de los mexicanos.
Durante los años setenta y ochenta el movimiento campesino enarboló sus aspiraciones más profundas, pero también seidentificó con lo popular, como parte del pueblo trabajador en lucha contra las relaciones de explo- tación y por un proyecto democratizador y políticamente independiente. Indígenas y mujeres rurales participaron en aquellas contiendas y, desde entonces, empezaron a organizarse en torno a proyectos productivos, sa- lud, cooperativismo, venta de artesanías, tiendas de abasto popular, en la UnidadAgrícola e Industrial de la Mujer (uaim), etc. También a partir de entonces, religiosas de la teología de la liberación y organismos civiles crí- ticos ante las inequidades de género apoyaron sus procesos y promovieron reflexiones sobre la “problemática de la mujer”, creando espacios donde se empezó a construir un discurso y una agenda con claros tintes feministas, pese a que las campesinas no seasumieran como tales ni el movimiento feminista las reconociera como parte de él, Un número creciente de organismos civiles y de académicas que apoyan los procesos, mediaron su relación con el pensamiento feminista, pero así como algunas se asumieron como transmiso- ras de la agenda feminista, otras palparon la lejanía del feminismo urbano con respecto a las emergentes experiencias rurales. En tensióncon sus movimientos mixtos y en los márgenes del movi- miento feminista, las campesinas organizadas empezaron a decir su palabra. Reconocieron ser pobres entre los pobres, con problemas educativos y de salud, con largas jornadas domésticas por la carencia de recursos y de servicios básicos. En un proceso heterogéneo, fueron tomando conciencia de su posición subordinada y desigual en el mundolaboral, en sus comunidades y en sus organizaciones campesinas, pero también en su hogar y su familia. Salieron a relucir conflictos con los compañeros que compartían aspiracio- nes sociales, trabajo y lucha; hogar, parcela, recámara y cocina.
En México el levantamiento zapatista del 1 de enero de 1994 significó un salto cualitativo para el movimiento indígena: no sólo alentó su creci- miento,...
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