Sin L Mites

Sin límites
Roberto Bermúdez, Español 8vo-F
En mi vida ya había visto de todo, en este punto ya no me daba esas mismas sorpresasde cuando era niño, la vida me había recetado de todo. Sufría de una grave enfermedad llamada cirrosis, y mi vida estaba por llegar a su fin, esto era lo que un día mi madre me había advertido. Yocomencé a beber a los 12 años, bebía junto a mis amigos, lo hacía más como costumbre social, ya que no podía ser el raro que no encajaba.  Los problemas del trabajo de mis padres y del hogar se fueronincrementando de tal forma que empecé a beber para liberarme de estos problemas y aprendí a consumir alcohol para evitar el estrés.  Como estos problemas en la casa se hicieron más comunes siempre fuicapaz de encontrar la justificación para tomar otro trago. A medida que iba creciendo la adicción se hacía cada vez más severa.  Un día, fui invitado a una fiesta y en cuanto llegue agarre unostragos y comencé a beber, eso es todo lo que recuerdo de aquella noche. La mañana siguiente me levante sin ser capaz de recordar nada de lo ocurrido y me quede con la duda de cómo había llegado a casa asalvo. No era solo los tragos los que me afectaban sino mi ignorancia, me rehusaba a admitir que era un alcohólico. En mi cumpleaños número 40, después de tres décadas bebiendo, fue cuando decidídarle un giro a mi vida, había reconocido finalmente tener un problema con la bebida.  Un día, en la mañana sentí un gran dolor en mi estómago, era un dolor tan inmenso que caí al suelo desmayado. Desperté en el hospital con toda mi familia a mi izquierda llorando y un doctor a mi derecha. Me apresure a preguntarle al doctor si todo iba a estar bien, el me arrugo la cara, cerró los ojos, y me dijo quehabía sido diagnosticado con cirrosis. En ese momento no sabía si alegrarme porque iba a salir de mi miseria o llorar por todo el dolor que le había causado a mi familia. Y ahora heme aquí con 41...