Sin T Tulo 2

¿Qué es más execrable, un país sin libertades en el que se condena al periodismo como medio de expresión y
denuncia, o un país con garantías legales donde la Libertad de Prensa esté delimitada por la palabra de un
agente de la autoridad? Nos alarmamos cuando vemos reporteros y periodistas retenidos en otros países,
detenidos, enjuiciados y señalados en listas negras, y es coherente, es humano;pero el camino hacia el
ostracismo y la censura comienza con pequeñas coacciones, oprimiendo poco a poco a quienes se levantan
para grabar un vídeo o sacar una fotografía y mostrar al mundo la realidad que nos rodea y no conseguimos
ver a veces. Ese país de garantías es España, y las víctimas somos todos. No es la primera vez que sucede, y
tristemente tampoco será la última.


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Ángela Ríos esperiodista, y cubre desde hace años el fenómeno de la inmigración ilegal en Melilla. Trabaja para
France Presse, para Neupic, para El Mundo, para Tele5. Es freelance, el nuevo concepto de trabajo
multidisciplinar que muchos profesionales de la información tienen como única alternativa al paro. No son
cuatro empleos, es uno fragmentado varias veces para lograr salir adelante a fin de mes. Y se hacede noche,
porque cuando suenan las alarmas siempre es de madrugada. No es nada excepcional. Es lo que toca y se hace
con toda la honorabilidad y profesionalidad que uno tiene. Sin embargo, la de ayer no fue una noche normal.
Los medios han hablado de favorecimiento de la inmigración ilegal, de colaboración, y no hay ni ha habido nada
de eso. Aunque no es necesario, voy a relatar cómo es una nochecomo la de ayer:


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Duermes con el teléfono en la almohada, por si algún colega escucha algo antes que tú y te avisa. Suena: “hay
salto en Farhana”. No sabes qué hora es. Los que tienen un hijo pequeño (como Ángela) lo dejan dormido,con
la esperanza de que no se despierte en mitad de la noche y la eche en falta. Te subes al coche y corres hasta el
lugar del salto, guiado por las luces de alertade la Guardia Civil, que casi siempre está allí cuando llegas. Cuando
los inmigrantes se quedan en lo alto de la alambrada, sabes que tendrás algo más de tiempo pero el trabajo no
será fácil, pues la Guardia Civil establece el llamado perímetro de seguridad aleatoriamente, con una distancia
imprecisa que algún mando decide por consenso propio. Más allá de esa línea imaginaria no se puede pasar,so
pena de que te pidan la documentación, pretendan quitarte la cámara, te registren como si cometieras un
delito y te acompañen lejos, durante un largo rato en el que no puedes hacer aquello por lo que venías:
trabajar.


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La zona de seguridad es voluble. He visto saltos en los que el límite mínimo estaba tan lejos que era difícil ver la
valla a simple vista, y he estado en perímetros que nome separaban más de veinte pasos de la alambrada.
Depende del oficial de turno, o de lo que la Guardia Civil quiera mostrar. ¿Por qué, si no, a veces no puedes
grabar nada y a veces te permiten estar tan cerca de una devolución en caliente?


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El otro tipo de salto es el que tiene éxito y está lejos del CETI. Los inmigrantes tienen que llegar al centro
corriendo. La mayoría ya conoce elcamino. Hablan por teléfono con los que ya lo lograron, y saben adónde
tienen que ir. Entonces montas una partida de ajedrez en tu cabeza y calculas la ruta que tomarán los
subsaharianos después de saltar, y recorres con el coche las calles buscándolos para tener tu primera fotografía
del día (o de la noche). Ayer ocurrió esto, y para registrarlo llegas con el coche, haces las primeras fotos y
avanzasdoscientos, trescientos metros, para verlos venir de nuevo y tomar la segunda tanda de fotografías, ya
con más tranquilidad después de la primera. Es tu trabajo, y es lo que toca.


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Pero ayer no fue así. Cuando Ángela se bajó del coche ayer con la cámara, un agente de la Guardia Civil pensó
que estaba colaborando con ellos, llevándoles al CETI en su propio vehículo, porque no llevaba la...