Sindicalismo frances
• 'Solidaridad, más que una palabra'• Por la reindustrialización, la reforma agraria integral y la paz
• Las centrales sindicales celebran por separado los actos conmemorativos del Primero de Mayo
• CC OO convoca manifestaciones en solitario en las cuatro capitales catalanas
• Las organizaciones policiales apoyan la conmemoración
• Una jornada histórica del movimiento obrero
• Discrepancias por la presenciade Felipe González en Bilbao
• El paro y la pobreza son los principales problemas de los trabajadores, según la CIOSL
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El año 1975, la primera central del país, la Confederación General de los Trabajadores (CGT), considerada como la correa de transmisión del Partido Comunista Francés (PCF), contaba con cerca de dosmillones y medio de afiliados. Hoy es imposible saber con exactitud cuál es el margen de trola de los dirigentes del mismo sindicato, pero se calcula que sus militantes no van mucho más allá del millón. La segunda central, la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), aglutinaría en este momento a unos 800.000 trabajadores, frente al millón largo de hace sólo algunos años. El tercersindicato de los cinco importantes, Fuerza Obrera (FO), es la central ascendente, debido a su carácter apolítico, y apenas supera los 600.000 afiliados.Nadie lo oculta en este país, salvo la CGT, por practicar una acción estrechamente ligada a los intereses del partido comunista: la desindicalización es un hecho social que va mucho más allá de la prueba que ofrecen las cifras. En efecto, laafiliación merma sistemáticamente, pero el debilitamiento del poder de los sindicatos se debe a otras razones y a otros símbolos más determinantes de las características del mundo del nuevo modernismo. El sindicalismo de papá aún se manifiesta recientemente en París, con los 50.000 obreros siderúrgicos procedentes de la región de Lorena. Pasado el momento emotivo, inspirado por el fin de una época en laque el acero era el dios industrial, las reflexiones que se hacen en este país no tienen nada que ver con la nostalgia. Y frente a ese sindicalismo exangüe, cada cual se pregunta por la significación del millón de personas que el otro día se reunió en Versalles para defender la escuela privada, o del millón largo que en toda Francia también salió a la calle, convocado por la izquierda, para confesarsu laicismo. Sólo el partido comunista, y su sindicato, la CGT, insisten en que se trata de una mala pasada, forzada por los reaccionarios. Los demás sindicatos de izquierda no lo ven así.
Los desclasados, los marginales
El dirigente de una de las empresas nacionalizadas por los socialistas en 1981, cuando llegaron al poder, Alain Minc, economista de renombre en Francia y en el mundooccidental, declara: "Las dificultades del sindicalismo clásico son inherentes al retroceso del trabajo como valor, al debilitamiento de los conflictos de producción como motriz del debate social, al hundimiento de las industrias manufactureras. Los síntomas, en el sentido predicho, se acumulan: la vida activa se recorta por las dos extremidades y, en consecuencia, el período productivo (del...
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