Sindrome del test de adolescente
Y ahí rodeada de tanta belleza, esa sombra resaltaba, como una rosa en el desierto, esa silueta perfectamente delineada, la silueta de una mujer, de unamujer muy hermosa (o al menos eso pensaba y sabía que tenía razón). Su cabello largo descansaba sobre sus hombros, su espalda reposaba sobre un árbol, que la hacía ver más bella de lo que ya era, tenía una pierna doblada, de modo que la punta del pie descansaba sobre el piso y su talón estaba recargado sobre el árbol, el perfil perfecto (o para mis ojos, que se olvidaban de brillo y ceguera, lo era).Era una imagen tan hermosa, tan enigmática, pero a la vez, tan familiar.
Dudaba en acercarme a ella (era sorprendente el poder que tenía esa imagen sobre mi mente), respire profundo, di un paso tambaleante hacia ella y en ese instante aquella sombra volteo, levanto su delicada mano y la extendió hacia mi ser, no sabía qué hacer, mire paranoico a mi alrededor, la briza había cesado, todo erasilencio y mientras daba otro paso, el cielo se pintó de tonos naranjas, las personas corrían por ese edén histéricas, se escuchaban gritos y explosiones, los arboles ardían en llamas y tras esa cortina de fuego, aquella silueta se evaporo, como si siempre hubiera sido etérea y sin forma.
No era pánico o miedo, lo que me invadía, era tristeza, dolor, nostalgia lo que me hacía llorar y querergritar, las personas huían de esa destrucción, de aquel paisaje devastado y esa atmosfera de muerte que oprimían mi pecho y me paralizaban, mientras miraba, atónito, este efímero lugar, un hombre tomo mi brazo, causándome un gran sobresalto, me giro para ver su cara (desconocida para mis pupilas) me sacudió con fuerza y me grito: “¡Despierta!”
Era inevitable abrir los ojos, la oscuridad reinabaa mi alrededor, cada esquina de mi cuarto estaba llena, de la apacible negrura de la noche, de mi frente escurrían gotas de sudor, mi corazón latía como si hubiera corrido un maratón, el eco de mi respiración rompía el silencio.
— ¿Qué demonios fue eso?—susurre, mientras me levantaba hasta quedar sentado—las tres de la mañana—dije por lo bajo viendo mi despertador— ¿Qué significara ese sueño?Porque ¿fue un sueño verdad? —dije aún más bajo y después un tétrico escalofrió recorrió mi cuerpo dejando elidas huellas en mi piel, tome el celular de la cómoda—“Por favor que este bien”—pensé mientras buscaba su número, la luz artificial me molestaba, pero era más importante buscar su teléfono, estaba muy nervioso, por fin “Alhelí” presione “Llamar” y acerque el teléfono a mi oído. La espera memataba, un tono—contesta por favor—dije con notas de preocupación a tras fondo, dos tonos, respire hondo, tres tonos—por favor—cuatro tonos…
— ¿Kevin?... —dijo entre bostezos—son las tres de la mañana—su voz tranquilizaba mis latidos— ¿todo está bien?—más bostezos— ¿Kevin? —pregunto ante el silencio de mi voz.
— ¿Estas bien? —dije lo más calmado posible, no quería que se preocupara.—Si… ¿por qué?— ya no bostezaba, su sueño había emigrado, dejando atrás preocupación— ¿estás bien?
—Si…bueno…es solo que…— ¿de verdad se lo iba a decir? Era algo estúpido—olvídalo, no era nada—dije en tono despreocupado.
— ¡Que! No me piensas decir…—me dijo enojada—entonces, ¿Por qué me despiertas?
—Lo que pasa…es que…—titubee.
— ¡Dime!—me exigió.
—Tuve un sueño, una pesadilla...
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