Sintesis de la segunda conferencia: la importancia de ser austin: la necesidad de una “segunda ingenuidad”. por hilary putnam

República Bolivariana de Venezuela
Facultad de Humanidades y Educación
Escuela de Filosofía
La Universidad del Zulia (L.U.Z.)
Maracaibo, Edo. Zulia
Profesor: Ygor Fuentes
Cátedra: Filosofía delLenguaje

Sintesis de la Segunda Conferencia: La importancia de ser Austin: La Necesidad de una “Segunda Ingenuidad”. Por Hilary Putnam

Realizado por:
Keines Reverol
C.I. V-19.074.180

Alinicio de su conferencia Putnam hace constar que, con influencia nominalista, los objetos poseen propiedades y leyes, estas propiedades se distribuyen en los objetos y las funciones lógicas, esto traeconsigo cadenas de eventos que estimulan los órganos sensoriales, llevando datos sensoriales a nuestra mente.

Desde los medievales, influenciados por Aristóteles, hasta el siglo XVII la manera depercibir un objeto era cuando el alma podía ser potencialmente lo mismo que le objeto, sin ser el objeto. La forma del objeto puede ser entonces una propiedad perceptible, es decir, el alma puedepercibir el calor, sólo cuando puede ser potencialmente calor. Aunque aquí se crea una gran dificultad, ya que es difícil entender en que sentido el alma puede ser potencialmente un objeto. Aristótelesdecía que si miramos un ser humano vemos es un animal racional, esto porque ya hemos hablado con el y sabemos que es un ser racional, esto quiere decir que todo lo que percibimos lo percibimos porqueexteriormente nos ha hecho percibir así.

Para Descartes esto es completamente erróneo, así que argumenta porque la experiencia y el conocimiento son meramente internos, todo sucede dentro de lamente, desde el interior y no el exterior. Por lo tanto piensan los defensores de esta teoría que la mente o el cerebro, percibe indirectamente la realidad, ya que ésta puede cambiar dentro de la mente.Putnam aclara entonces estas concepciones de la manera de pensar y ver la realidad exterior para luego afirmar que debe rescatarse la postura más antigua, pero sin el toque metafísico, es decir,...