Sintitulo

El ‘Royal’ y dos dilectos
amigos de conversación

Por José Zegarra Valle
Cuando regreso de Lima en los años 80, me encuentro con un Trujillo distinto al que dejé en 1970. La ciudad se habíaextendido luego de una marcada migración. Comencé a frecuentar la cafetería ‘Royal’, cerca al Arzobispado, bucólico espacio donde alternaba la conversación con dos amigos, sin sentirnos prisioneros deltiempo.
Quien esto escribe, llegaba provisto de infalible compañía: diarios, revistas o libros en persecución de personajes literarios, teatrales o cinematográficos. Mis amigos de colegio no estaban, entanto en el Royal aparecieron nuevos rostros, a quienes solamente saludaba, dada mi poca sociabilidad. No obstante, llegué a tener amistad con dos personas al borde de la jubilación: ambos capaces dehacer reír con sus bromas. Se trataba de Fernando Pinto y Jorge Chico. El primero tenía afición por la hípica, y recordaba al hipódromo San Felipe y su amistad con preparadores y jinetes. Su apellidomaterno guardaba relación con Abraham Valdelomar. Contaba variadas anécdotas, haciendo mención a memorables caballos, considerados leyenda, uno de ellos ‘Río Pallanga’ y sus hazañas. Curiosamentejamás jugaba ‘La Polla Hípica’, pues era perder tiempo. Había aprendido a dudar de las carreras y sabía que los ‘golpes’ son inevitables. Lejos de la hípica era un excelente conversador; imitaba a losactores e improvisaba voces, risas y gestos que recordaban a Edmundo Moreau de la antigua Lima. Podía estar de lo más emotivo, pero de repente cambiaba de humor y desaparecía sin saber si algo leincomodaba.

Amigo de médicos
Jorge Chico, se desempeñó como secretario en la Facultad de Medicina (UNT); era serio, pero amigable y comunicativo. Mi identidad la relacionaba con el doctor Efraín ZegarraSánchez –tío mío– a quien él admiraba y comentaba como alguna vez decidió otorgar el quiosco universitario a una persona de rasgos japoneses dada su responsabilidad y esfuerzo. Su labor se...