Sistema De Partidos

Introducción
Para el análisis de los sistemas de partidos, utilizaremos una perspectiva de estudio que analiza su fisonomía y sus pautas de competición. Las principales características definitorias de un sistema de partidos son las dimensiones del voto o del sistema de partidos. Una lectura conjunta de estas dimensiones permite conocer al sistema de partidos en profundidad y compararlocabalmente con otros anteriores o simultáneos; igualmente, posibilita un análisis preciso del calado del eventual cambio electoral, en un tipo u otro de convocatoria, así como de las similitudes o diferencias del sistema respectivo en convocatorias de distinto nivel.

Dadas las características multinivel del sistema político y del comportamiento electoral de los españoles, esa comparación ha de hacerseen un sentido no sólo diacrónico, sino, también, en uno sincrónico, en tanto, una de las singularidades del sistema de partidos en España es su pluralismo espacial y temporal. Y es que, en nuestro país conviven, simultáneamente, varios sistemas de partidos, con morfología, pautas de competición y protagonistas distintos: junto con el de carácter general o común, hay otros de dimensión regional enlos que los partidos de ámbito no estatal obtienen relevantes niveles de apoyo electoral, desplazando de las primeras posiciones en sus respectivos territorios a los de ámbito estatal. En este sentido, hace ya años que Vallès (1991:33ss) habló de las Españas electorales. La tendencia a la nacionalización del sistema de partidos, común en otros sistemas democráticos (Caramani, 2004), escuestionada en España por la diferenciación de determinadas arenas electorales que se distinguen de la general.

En cuanto a las elecciones generales, del 14 de marzo de 2004, éstas estuvieron marcadas por el atentado en la estación de Atocha del 11 de marzo, así como por la actitud con la que los principales partidos reaccionaron en las tres jornadas consecutivas al atentado. Los sondeos electoralespre-electorales apuntaban una paulatina reducción de la distancia que separaba al PSOE del PP en los meses previos a la elección, aunque auguraban una victoria de este último.

Las consecuencias del atentado se hicieron notar en la jornada electoral, a juzgar por los resultados del estudio postelectoral realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas: las respuestas a la pregunta 6 de esteestudio manifestaron que el atentado influyó personalmente a la hora de decir el voto al 28,5% de los encuestados, bien animándoles a ir a votar (al 21,9% de los que reconocieron que el atentado influyó en la decisión del voto), bien cambiando su voto y otorgándoselo a un partido distinto de aquel por el que pensaba votar antes del atentado ( el 13,5%) o reafirmándoles en la intención de votar alpartido por el que pensaban hacerlo. Ello significa que un censo electoral de aproximadamente 33,5 millones de electoral, el atentado afectó a la hora de decidir su voto a 9,5 millones de ellos, de los que 1.282.500 cambiaron su voto, como consecuencia del mismo, optando por un partidos distinto de aquel al que pensaban votar antes del atentado.

La victoria del PSOE constituyó una sorpresa, alo largo de la legislatura se había registrado un progresivo incremento del clima de conflictividad política, debido a la reacción social al “decretazo” que flexibilizaba el mercado laboral, y la consiguiente huelga general, las movilizaciones provocadas por la oposición a la Ley Orgánica de Universidades, el rechazo al Plan Hidrológico Nacional, la crítica a la gestión de la crisis por elhundimiento del petrolero Prestige, la respuesta a la política de Aznar en el conflicto de Irak, etcétera. En los comicios autonómico y municipales de mayo de 2003 el electorado no pareció utilizar las urnas para castigar al PP, este sintió revalidadas sus políticas por el voto de los ciudadanos. Después de las elecciones autonómicas hubo algunos acontecimientos que complicaron la candidatura de...