Sistema electoral binominal: Más allá de lo procedimental

Sistema electoral binominal: Más allá de lo procedimental

Fernando Carreño D.
Centro de Análisis e Investigación Política

Sin lugar a dudas, durante los últimos años hemos sido testigos de un escenario
político remecido por la irrupción de diversos movimientos sociales que han dado pie a
variados debates relacionados con el estado actual de la democracia en términos
generales. Cuestiónque toma relevancia y que, por ende, no podemos soslayar si se
considera que uno de los temas principales que se han tomado la agenda en relación a las
próximas elecciones presidenciales y parlamentarias es el cambio y/o reforma a la
constitución política. Eso por nombrar uno de los variados temas. Sin embargo, lo que
pretendo poner en discusión es uno de los procedimientos que más ha generadopolémica
durante estos años de post-dictadura, me refiero al sistema electoral binominal. Cuestión
que se ve reflejada en los diversos intentos por cambiar tal sistema, por ejemplo, la
Comisión Boenninger.
Mucho se ha escrito desde la ciencia política sobre el sistema electoral que opera
en la actualidad para elegir a los representantes al senado y la cámara de diputados,
aunque es precisoseñalar que la mayor parte de toda esa literatura académica se enfoca
en un nivel explicativo y descriptivo en cuanto al procedimiento mismo, o sea, su
funcionamiento. Mi intención es problematizar sobre el sistema binominal en torno a los
efectos que el mismo ha generado en relación a lo político, partiendo desde una base
conceptual schmittiana, para luego avanzar hacía algunas nocionesteóricas esbozadas en
el trabajo de Ernesto Laclau y Chantal Mouffe.
El año 2011 estuvo marcado por movilizaciones sociales que dieron cuenta de la
existencia de ciertas demandas político-sociales de diverso orden. Las demandas por
educación gratuita y de calidad eliminando el lucro, el rechazo a proyectos hidroeléctricos

en la Patagonia y el levantamiento de la población en Aysén a comienzosdel 2012 son
relevantes en tanto expresión de descontento social, sin embargo, su importancia
también reside en tanto que pueden ser parte de una lectura en la que los identifica como
actores principales de un proceso social y político, en el cual se han puesto en tensión
diferentes maneras de dotar de significado a ciertos significantes. Es decir, los
movimientos sociales han logrado levantarnuevos significados en torno a conceptos que
se presentaban como resueltos y universalizados. Por ejemplo, la estabilidad,
gobernabilidad y representatividad que el sistema binominal, tomado como significante,
encarna a nivel discursivo y práctico en términos de procedimiento. Siendo lo segundo de
menor relevancia para esta ponencia.
Tomando en cuenta lo anterior, en una primera apreciacióndel problema
podemos notar que lo que está en juego es algo que sobrepasa la simple mirada en torno
al acto de la votación en sí y el análisis procedimental de un sistema electoral dado. Lo
importante es un asunto que tiene que ver con un proceso de articulación discursiva y el
concepto de antagonismo.
Me parece pertinente, en primera instancia, dilucidar algunos puntos clave en lospostulados relativos a la articulación discursiva. Para ejemplificar tal punto me gustaría
remitirme a las construcciones lingüísticas que se revelan en los movimientos sociales de
los cuales hablé al comienzo de mi intervención. Sin ser eso excluyente en relación a otros
que no haya nombrado.
Claro está que las identidades de cada uno de los colectivos son diferentes, sin
embargo, sí se puedeidentificar un elemento transversal en cada uno de los mismos, y
eso es lo relativo a la necesidad de dotar de mayor representatividad a nuestro régimen
democrático. Entiéndase lo anterior desde la mayor simpleza, o sea, lograr una
representación mayor de aquellas concepciones políticas y sociales que no encuentran
espacio en el sistema político, considerando el orden actual. Así las cosas,...