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BAD ONE Y EL CASO DEL DOBLE ASESINATO EN EL TÁMESIS Por Ricardo Lampert

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BAD ONE Y EL CASO DEL DOBLE ASESINATO EN EL TÁMESIS Por Ricardo Lampert

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BAD ONE Y EL CASO DEL DOBLE ASESINATO EN EL TÁMESIS Por Ricardo Lampert

BAD ONE Y EL CASO DEL DOBLE ASESINATO EN EL TÁMESIS

Por Ricardo Lampert

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BAD ONE Y EL CASO DEL DOBLE ASESINATO EN EL TÁMESIS Por Ricardo Lampert

Atodos los que, de alguna manera, han contribuido a hacer realidad mi sueño de escribir. A Josefina, que ha estado a mi lado, concretamente sentada a mi izquierda, que siempre creyó en mí y que me animó para escribir esta novela. A mis hijos y a mi familia. A todas las personas que he conocido en mi vida, gracias a las cuales he aprendido lo poco que sé. A Sir Arthur Conan Doyle y a Agatha Christie.Y, cómo no, al maestro Enrique Jardiel Poncela inspirador principal de esta pequeña obra que sólo intenta ser un humilde homenaje a la literatura de humor y de misterio.
“En la vida humana sólo unos pocos sueños se cumplen; la gran mayoría de los sueños se roncan” Enrique Jardiel Poncela

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BAD ONE Y EL CASO DEL DOBLE ASESINATO EN EL TÁMESIS Por Ricardo Lampert

CAPÍTULO 1 EL 23 DECHADWICK ST. ¿Dónde estoy?... Si es que estoy en alguna parte. Y ¿Quién soy?... Si es que soy algo o alguien. No oigo nada, no veo nada, no siento nada; floto libremente en un espacio infinito y negro. ¡Dios mío! ¿Estoy muerto? Y si he fallecido, ¿Quién dirán que se ha muerto? ¿Qué es estar muerto? Si, debo ser un muerto porque no tengo ninguna memoria. Bueno, sí, tengo una: recuerdo estar dentro de mimadre… ¿Qué es esa lucecita que se aproxima? ¡Dios, Dios, estoy naciendo! Eso si lo evoco ahora vivamente, el día en que nací. ¿Y quién nacía? ¿Quién soy? Eso no importa, nacía yo. Yo, una consciencia sin nombre, sin filiación ni apellidos, sin forma delimitada… pero… ¿y ese ruido cada vez más fuerte y agudo?... ¿Estoy soñando?... Ese sonido tan insoportable que se acerca más y más…que me obligaa ser…a despertar. Mi nombre es… One, Bad One. Sus ojos se abrieron de golpe desorbitados con la mirada perdida y acongojada, como la de un niño que despierta de una pesadilla en medio de la noche. Si había un hombre en todo el mundo capaz de regresar de la muerte, ese hombre, sin duda alguna, era Bad One. De pronto, fue consciente de estar encerrado en su cuerpo y supo, entonces, que no estabamuerto. El despertador chillaba fuera de sí, emitiendo con cada estridencia sintetizada un anonadante y pertinaz zumbido que le imbuyó a One de la sensación de despertar en medio de una selva llena de monos o tal vez él era un mono que amanecía en medio de una ciudad llena de gente. Tenía la extraña impresión de no saber quién era, aunque eso no resultaba demasiado raro en él. No podía mover ni unsolo músculo de su cuerpo pero la alarma del despertador le urgía, como el llanto de un bebé con hambre, a actuar. Apenas podía abrir los ojos; sus dedos largos y huesudos buscaban, palpando en el aire, el dichoso botoncito que, como el misterioso punto “G”, siempre está demasiado escondido para poder encontrarlo a la primera, sobre todo después de estar bebiendo hasta las tantas de la madrugadaunos cuantos vasos de ginebra con lima. ¿Cuántos? Cinco, o tal vez fueron siete o quizás más. No recordaba nada y además daba igual, aunque nunca se había sentido así con ninguna resaca anterior. Lo cierto era que su cabeza permanecía pegada a la almohada y se negaba, obstinada, a levantarse ni siquiera un centímetro del cabezal. Al final, haciendo un gran esfuerzo, se pudo incorporar lo suficientecomo para poder girar la cabeza y así ayudar a sus manos, dirigiéndolas con la mirada, hasta alcanzar con las yemas de los dedos aquel artefacto escandaloso que daba la sensación de encontrarse mucho más lejos que habitualmente. Un leve apretón en el interruptor y todo volvió a quedar en silencio. Un mutismo completo de noche sin grillos, roto solamente por los ronquidos estentóreos que...