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Páginas: 32 (7895 palabras)
Publicado: 18 de octubre de 2014
Martin Heidegger
Traducción de Helena Cortéz y Arturo Leyte en Hitos. HEIDEGGER, M., Editorial Alianza,
Madrid, 2000, pp. 93-108.
«¿Qué es metafísica?» La pregunta despierta la expectativa de que se va a hablar sobre la
metafísica. Renunciamos a ello y, en su lugar, vamos a tratar una determinada cuestión metafísica.
De este modo, según parece, nos introducimos de modoinmediato en la metafísica. Y sólo así le
podremos ofrecer la justa posibilidad de presentarse a sí misma.
Nuestro propósito es comenzar con el despliegue de un preguntar metafísico, elaborar después
dicha pregunta y terminar con su respuesta.
EL DESPLIEGUE DE UN PREGUNTAR METAFÍSICO
Según Hegel -desde el punto de vista del sano sentido común- la filosofía es el «mundo al
revés». Por eso,lo particular de nuestra manera de comenzar hace precisa una caracterización
previa, que surge de una doble característica del preguntar metafísico.
Por un lado, toda pregunta metafísica abarca siempre la totalidad de la problemática de la
metafísica. Es esa propia totalidad. Así pues, toda pregunta metafísica sólo puede ser preguntada de
tal modo que aquel que la pregunta -en cuanto tal-está también incluido en la pregunta, es decir,
está también cuestionado en ella. De aquí deducimos que el preguntar metafísico debe ser planteado
en su totalidad y desde la situación esencial del Dasein 1 que pregunta. Preguntamos aquí y ahora,
para nosotros, Nuestro Dasein -en la comunidad de investigadores, profesores y estudiantes- está
determinado por la ciencia. ¿Qué ocurre de esencial connosotros en el fondo del Dasein, desde el
momento en que la ciencia se ha convertido en nuestra pasión?
Los ámbitos de las ciencias están situados lejos los unos de los otros. El modo de tratamiento de
sus objetos es fundamentalmente distinto. Esta multiplicidad de disciplinas desmembradas sólo
consigue mantenerse unida actualmente mediante la organización técnica de universidades y
facultadesy conserva un sentido unificado gracias a la finalidad práctica de las disciplinas. Frente a
esto, el arraigo de las ciencias en lo que constituye su fondo esencial ha perecido por completo.
Y, sin embargo, en todas las ciencias, siguiendo la finalidad que les es más propia, nosotros nos
atenemos al propio ente. Precisamente visto desde las propias ciencias, no existe ningún terreno que
tengasupremacía sobre otro: ni la naturaleza sobre la historia ni al revés. No hay ningún modo de
tratamiento de los objetos que sobresalga y sea superior a los otros. El conocimiento matemático no
es más riguroso que el histórico-filológico. Sólo tiene el carácter de la «exactitud», que no es
equivalente al rigor. Exigirle exactitud a la historia sería atentar contra la idea de rigor específicade
las ciencias del espíritu. En todas las ciencias como tales reina una relación con el mundo que les
obliga a buscar a lo ente mismo para convertirlo en objeto de una investigación y de una
determinación fundamentadora que varía de acuerdo con el tema y el modo de ser de cada una. En
las ciencias -y de acuerdo con la idea de cada una- se cumple una aproximación a lo esencial de
todas lascosas.
Esta particular relación mundana con lo ente mismo viene soportada y conducida por una
actitud libremente escogida de la existencia humana. Es verdad que también se atienen a lo ente el
hacer o dejar de hacer pre-científico y extra-científico del hombre. Pero lo sobresaliente de la
ciencia es que, de un modo que le es propio y de manera única y expresa, le deja a la cosa misma laprimera y última palabra. En este carácter de atención a la cosa misma propia del preguntar,
determinar y fundamentar se consuma una supeditación particularmente delimitada a lo ente mismo
para que sea él mismo el que tenga que revelarse. Esta actitud de servicio de la investigación y la
teoría se despliega hasta llegar a ser el fundamento que le hace posible adquirir una posición propia
de guía,...
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