Slash
SLASH
Traducción:
Óscar Palmer Yáñez
es pop ediciones
Título original:
Slash
HarperCollins
Nueva York, 2007
1ª edición: octubre 2010
Published by arrangement of HarperCollins Publishers
© 2007 by Dik Hayd International LLC
© 2010 de la traducción: Óscar Palmer Yáñez
© 2010 de está edición: Es Pop Ediciones
Mira el río alta, 8 - 28005 Madrid
www.espop.esCorrección de pruebas:
Concha Yáñez y Rafael Díaz
Diseño y maqueta:
El Pulpo Design
Logo:
Gabi Beltrán
Impresión:
Huertas
Impreso en España
ISBN: 978-84-936864-3-7
Depósito legal: M-42152-2010
6
SLASH
A m i cAriñosA fAmiliA,
por todo su Apoyo en los buenos
momentos y en los mAlos
y A todos los fAns de Guns n’ roses, viejos y nuevos;
sin su infAtiGAble leAltAd e ilimitAdApAcienciA,
nAdA de todo esto importAríA
Sentí como si me golpearan con un bate de béisbol en el pecho, pero
desde dentro. Manchas de un azul claro parpadearon en los márgenes de mi
campo visual. Violencia silenciosa, abrupta, sin sangre. Nada parecía haberse roto, nada parecía haber cambiado radicalmente a simple vista, pero el
dolor hizo que mi mundo se detuviera. Seguí tocando; terminé lacanción.
El público no sabía que mi corazón había dado un salto mortal justo antes
del solo. Mi cuerpo me acababa de administrar una retribución kármica,
recordándome, sobre el escenario, la de veces que le había servido intencionadamente un doble rizo químico.
La descarga se convirtió rápidamente en un dolor amortiguado y agradable. Me sentía más vivo que en el momento anterior, porque estabamás vivo.
La máquina en mi corazón me acababa de recordar lo preciosa que es la vida.
Su sentido de la oportunidad fue impecable: con un estadio a rebosar frente
a mí, mientras tocaba la guitarra. Recibí el mensaje con toda claridad. De
hecho lo recibí un par de veces aquella noche. Y después volvería a recibirlo
alguna que otra vez más sobre un escenario. Nunca sabía en qué momentollegarían y, por aparatosos que fueran, no lamento aquellos momentos de
claridad alienada.
Un médico me había instalado un desfibrilador en el corazón a los treinta y cinco. Quince años de drogadicción y de excesos con la bebida habían
hinchado el órgano de tal manera que le faltaba poco para reventar. Cuando
finalmente me hospitalizaron, me dijeron que me quedaban entre seis días
y seis semanas devida. Han pasado seis años desde entonces y este aparatito
10
SLASH
me ha salvado la vida en no pocas ocasiones. También he disfrutado de un
efecto secundario que al doctor se le olvidó mencionar: cuando mis excesos
han provocado que mi corazón latiera peligrosamente despacio, mi desfibrilador lo ha sacudido alejando de mí a la muerte un día más. También lo
subyuga cuando empieza a latirtan rápido como para provocarme un paro
cardíaco.
Hice bien en regulármelo justo antes de la primera gira con Velvet
Revolver. Me mantuve sobrio durante la mayor parte de la misma; lo suficientemente sobrio como para que la excitación de tocar con una banda
en la que creía frente a fans que creían en nosotros me conmoviera hasta lo
más hondo. Hacía años que no me había sentido tan inspirado.Corría por
todo el escenario; me empapaba con el fulgor de nuestra energía colectiva.
Mi corazón palpitaba con suficiente intensidad como para haber activado
aquella maquinaria oculta en mi interior todas y cada una de las noches. Para
entonces ya no los necesitaba, pero un par de años antes había recibido con
agrado aquellos recordatorios. Los acepté como lo que eran: extraños instantesextemporáneos que encapsulaban toda una vida de sabiduría adquirida
a las duras.
12
SLASH
Una de las primeras octavillas del grupo, diseñada por Slash.
106
SLASH
no éramos el tipo de personas que aceptaban un no por respuesta. era
mucho más probable que fuéramos nosotros quienes diéramos un no por
respuesta. como individuos, cada uno de nosotros era astuto, autosuficiente...
Regístrate para leer el documento completo.