Soberania Y Constitucion
Y CONSTITUCIÓN: ALGUNOS
RETOS DEL DERECHO
CONSTITUCIONAL
ANTE EL SIGLO XXI
GURUTZJAUREGUI
Catedrático de Derecho Constitucional
Universidad del País Vasco
45
Revista de Derecho Político, núm. 44, 1998, págs. 45-74
ESTADO, SOBERANÍA
Y CONSTITUCIÓN: ALGUNOS
RETOS DEL DERECHO
CONSTITUCIONAL
ANTE EL SIGLO XXI'
POR
GURUTZJÁUREGUI
Catedrático de Derecho ConstitucionalUniversidad del País Vasco
1.
INTRODUCCIÓN
Los veinte años transcurridos desde la aprobación de la Constitución de 1978 constituyen, sin lugar a dudas, el período más fértil y
positivo de toda la historia constitucional española en lo que al desarrollo y fortalecimiento del Estado democrático de Derecho se refiere.
A lo largo de estos veinte años se ha consolidado de manera definitiva
^ Este trabajo hasido posible gracias a una ayuda financiera obtenida del
Gobierno Vasco / Eusko Jaurlaritza (Proyecto de Investigación GV Pl 97/67). Agradezco al profesor Alejandro Saiz Arnaiz las numerosas sugerencias e indicaciones
realizadas al contenido del mismo. En otro orden de cosas, cuando ya se encontraba en imprenta este artículo ha aparecido un interesante trabajo de Pedro de Vega
en el que se abordanen buena medida los mismos problemas objeto de mi análisis, aunque desde una perspectiva y con un enfoque diferentes. Vid. Pedro DE VEGA,
«Mundializacíón y Derecho Constitucional: la crisis del principio democrático en el
constitucionalismo actual», en Revista de Estudios Políticos, n.° 100, Madrid, abril/
junio 1998, pp. 13-56.
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GURUTZJAUREGUI
el respeto y la valoración del Derecho comoinstrumento de convivencia y regulación de las relaciones sociales entre los ciudadanos. La configuración de la Constitución como norma jurídica fundamental ha hecho posible que sus mandatos queden fuera de la disponibilidad tanto
de los ciudadanos como, sobre todo, de los poderes públicos. La sujeción de los ciudadanos y de los poderes públicos a la Constitución y al
resto del ordenamiento jurídicoha supuesto el establecimiento de
unos límites que nadie puede ni debe franquear, sean cuales fueren los
motivos, los fines o las razones que induzcan a ello.
El carácter novedoso de la configuración de España como Estado constitucional y la consolidación del correspondiente sistema democrático provocó inicialmente, un extraño, aunque en cierto modo
comprensible, desenfoque (algo así como esavisión óptica producida
cuando introducimos un cuerpo sólido alargado en un recipiente de
agua) del concepto de la Constitución y el Derecho Constitucional con
respecto a la visión mantenida en otros países de nuestro entorno. Me
explico. Mientras en esos países se abordaban los problemas derivados de una eventual crisis de la concepción clásica del Estado y la función del Derecho en general y laConstitución en particular ante esa crisis, en España prevalecía una cierta sacralización del Estado, y se
teorizaba sobre las correspondientes virtudes taumatúrgicas del Derecho, y de la Constitución como instrumento racionalizador de aquél.
En los últimos años se ha producido, sin embargo, una progresiva evolución que nos ha permitido despertar —a veces de forma bastante brusca y abrupta— de eseparticular n/n^ana jurídico-constitucional en el que nos hallábamos inmersos. Dicho de otra forma, parece
que, por fin, nuestra homologación con el resto del mundo democrático resulta ya definitiva. Ello implica la necesidad de plantearnos con toda crudeza la situación de crisis (entendiendo el concepto de crisis como un proceso de cambio en el que al diagnóstico de los vicios
presentes, a lacerteza de las estructuras e instituciones viejas se opone la incertidumbre de lo desconocido y de las alternativas futuras) en
la que nos hallamos inmersos, y en lo que aquí concierne, el papel de
la Constitución y el constitucionalismo frente a la misma.
Toda Constitución es Constitución en el tiempo^: la realidad social, a la que van referidas las normas, está sometida al cambio histórico y éste,...
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