Sobre el estado del Estado en Venezuela
Un enfoque cultural
Raúl González Fabre, S.I.
Sinopsis
El presente escrito busca las causas culturales de la disfuncionalidad del Estado venezolano.
Propone la existencia de un profundo conflicto secular en lo más íntimo de nuestra cultura, analiza su estructura y consecuencias, para concluir explorando algunos caminos de resolución
histórica.
Introducción:la conciencia compartida sobre la crisis venezolana
La crisis nacional ha ido emergiendo a la conciencia compartida de los venezolanos1 a través de etapas sucesivas, cuya consideración puede resultar útil para entender cómo estamos
desvelándonos a nosotros mismos dificultades para tomar en las manos nuestro destino nacional, décadas atrás insospechadas por la mayoría.
A la altura de 1983 nuestroproblema parecía reducirse a una crisis económica de coyuntura, derivada de la sobrevaluación de la moneda, el sobreenfriamiento de la economía y de
una mala programación (por decirlo eufemísticamente) de los pagos de la deuda pública
externa. Cambiar a los hombres en el gobierno parecía a la mayor parte de los votantes
remedio suficiente en un país que, se repetía a menudo, es enormemente rico enrecursos
cuyo precio se esperaba creciente o, al menos, estable.
La caída de los precios del petróleo un par de años después nos colocó ante una crisis económica estructural. La mala gestión de los recursos públicos (de nuevo un eufemismo) se
agudizó a lo largo del periodo Lusinchi, pero en la opinión de un número creciente de personas con influencia, el cambio de hombres ya no resultabasuficiente. Era preciso cambiar
además las estructuras económicas del país, para racionalizar la administración pública y la
empresa privada, despertando las fuerzas productivas adormecidas.
En el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez se planteó de manera políticamente seria
la necesidad de una reforma estructural de la economía. Fueron encargados para ello un
grupo de economistas ilustrados dispuestosa utilizar el poder estatal para redefinir importantes relaciones sociales, e incluso las espontaneidades de acción subyacentes a esas relaciones.2 Sobre este intento habremos de volver más adelante, pero importa destacar aquí
Cuando se habla de ʺconciencia compartidaʺ nos estamos refiriendo no a la conciencia moral, sino a lo que en inglés se expresa con awareness. El participio ʺcompartidaʺ se refiere a la opinión pública en el sentido de opi‐
nión común, no de opinión publicada. Siempre hubo personas y pequeños grupos con capacidad para ver las
profundidades de la crisis adveniente más allá de lo inmediato.
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A tales predisposiciones espontáneas, no reflexivas, para la acción es a lo que llamaremos en adelante ʺcultu‐raʺ, cuando no dependen del temperamento o la biografía moral de cada uno, sino que las reciben en sus pro‐
cesos de socialización primaria todos los integrantes de una unidad de convivencia. Se trata obviamente de
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Sobre el estado del Estado
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que la pretensión de cambio de estructuras sociales fue asociada a una de transformación
modernizadora en los terrenos económico y político, que incluía explícitamente un cambio
cultural profundo.
Lo cierto es que elintento del equipo de Miguel Rodríguez provocó una severa crisis política, y descendimos como pueblo un escalón más en la comprensión de lo que está en juego
en este momento histórico. Ya no sólo los hombres a cargo del Estado, ni las estructuras administrativas, sino el sistema político mismo se tambaleó, poniéndonos a un paso de una dictadura que hubiera sido recibida posiblemente con regocijopopular, en principio al menos.
La coyuntura resultado del proceso 1989-92 se salvó con un par de hábiles maniobras, al
costo de un incremento notable de la abstención electoral y del rechazo masivo a las instituciones políticas características del sistema, fenómenos ambos en los que permanece agazapada la crisis política. La presidencia de Rafael Caldera, tiempo de tregua...
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