Sobre el porvenir de nuestras generaciones

Surge una pregunta ¿dónde y desde cuándo al hombre se le exige una formación para actuar en la sociedad? Vienen a mi mente las primeras civilizaciones occidentales de quienes siempre hemos tenidoinfluencia, los griegos con su perspectiva filosófica de las competencias, el primero en considerarlo ya en la antigüedad fue Aristóteles planteando en varias de sus obras filosóficas una continuarelación entre el saber y el proceso de desempeño.

Hoy día es el posmodernismo que evidencia el motor conductor de la humanidad, la globalización[1] y sus procedentes como relaciones económicas, latecnología e informática pero también sus secuelas que se dejan ver en el supuesto conocimiento del desarrollo de las sociedades, el evidente crecimiento de la desigualdad entre países y su contribuciónen el deterioro del ambiente.

No se niegan nuestros avances en diferentes áreas, sin embargo estamos dejando de lado aspectos relevantes que por el simple hecho de ser humanos, que como personassomos inteligentes con capacidad para pensar; con una conciencia racional que tiende a elegir por el bien, la verdad a favor del individuo y la sociedad. Actualmente apostarle solo a modeloseducativos tradicionales, conductistas o cognoscitivistas seria un error, nuestra era nos inclina por un modelo holistico, “tomar lo mejor de lo efectivo”, la educación demanda cambios en su orientación conpropósitos claros como desarrollar competencias, capacidad para aprender permanentemente, sin dejar de lado la formación de valores, una actitud democrática social y que el desarrollo humano seasustentable.

Mi tarea como sujeto que enseña y de todo docente en pleno siglo XXI es estar consciente y llevar a la practica la propuesta de Jaques Delors los cuatro pilares de la educación; aprender aconocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos, aprender a ser, sin dejar de lado una didáctica critica ¿qué, cómo, para qué enseñar?. Siendo la evaluación centrada en el desempeño real de una...