Sobre la brujería

Paula Micaela Mendoza
24 de septiembre de 2015
Control de lectura 4
Amuletos, conjuros y mucha creatividad
Durante los siglos XVI y XVII la Iglesia católica, a través de la Santa Inquisiciónprocesaban y ejecutaban a gente inocente por realizar actos de magia negra; era una “cacería de brujas”. Esta persecución constante provocaba pánico en las personas, pues se suponía que los brujos eran partede la misma población y habitaban entre ellos. Si es que los acusados eran encontrados culpables, se les condenaba a la hoguera o a diferentes torturas. También se creía que los brujos eran losprincipales agentes del mismo diablo, quienes se contactaban con demonios, para que ellos hagan de las suyas posesionando principalmente a mujeres jóvenes.
La población estaba tan sugestionada que elestar poseído era sensación del momento, parecía ser más contagioso que la misma peste negra del siglo XIV. “Se sospechaba que los demonios habían penetrado desde Francia, donde en años anteriores habíanestallado varios casos de brujerías y posesiones” (Gil, s/f). La expulsión de demonios solía durar horas y se realizaban eventos especialmente para efectuar exorcismos, que luego eran relatados porlos sacerdotes con mucha creatividad y con tintes surrealistas.
Ante los constantes ataques, la gente buscaba protegerse con amuletos o conjuros que muchas veces les traían problemas. Cuando alguienera encontrado con esos objetos se le acusaba de ser brujo. Aquí jugaba mucho la sicológica de cada persona y cómo el nivel de sugestión influía en su vida diaria, de tal manera que no podían vivir entranquilidad. Esta persecución inducía a que nadie se diera cuenta de los verdaderos culpables, que a partir de la ignorancia de los demás buscaban sacar provecho de cada situación para si mismos,como era el caso de Pedro Arruebo y sus secuaces. Ellos abusaban de su fama de “brujos” para conseguir mujeres.
Este pequeño fragmento de la historia de los siglos XVI y XVII, demuestra que la...