“Sobre la historia”. k. pomian. editorial cátedra, madrid 2007

La siguiente recensión de K. Pomian consta de once apartados en donde se nos cuenta la evolución de la recopilación de la historia.
En el primer apartado de este segundo capítulo el autor nos habla acerca de las marcas de historicidad de los textos, estas tienen el cometido de señalar que este no es producto de la imaginación. Hoy día las marcas de historicidad existentes son el resultadoprovisional de una evolución multisecular de las que representan sus sucesivas aportaciones. Así, son marcas las fotografías (las más recientes), los gráficos (últimas décadas del s.XIX), las tablas con columnas de cifras (s.XVIII), y mapas y citas referenciales (s.XVI). Hasta finales del s.XVIII era imposible identificar documentos documentos por su código de registro de archivo, y lo que se hacía eraindicar el lugar y los nombres de los coleccionistas privados que poseían piezas (monedas, estatuillas,etc). Las marcas de historicidad antes de la imprenta eran fórmulas localizadas en la contraportada o al final de un libro que garantizaban que el autor ha visto con sus propios ojos o oído en persona las palabras que refiere; las cosas de las que el autor no ha sido testigo están plausiblesgracias a fórmulas análogas que las acreditan. En todos estos casos, afirma Pomian en el 2º apartado, las marcas existen para confirmarle al lector que lo que está leyendo. Esta ambición realista ha sido afirmada tanto por teólogos, filósofos y los mismos historiadores. De tal manera el autor nos da el ejemplo de San Isidoro de Sevilla, quien afirma que la historia trata sobre lo que ha sucedidorealmente (cosas posibles), y las fábulas de lo que no ha sucedido y no puede suceder (cosas imposibles). Así para éste la demarcación entre historia y fábula distingue los hechos (todo lo que se ofrece a la vista), las posibles y las imposibles, de manera que la realidad tratada por la historia coincide con el ámbito de lo visible, en cuanto a la posibilidad de la historia, afirma San Isidoro, debeestar asociada a la teología. Por su contra y 1100 años después Voltaire va a defender que: “La historia es el relato de los hechos que se consideran ciertos, mientras que la fábula es el relato de los hechos que se consideran falsos.”(pág. 61). De esta manera se centra en la intención de cada relato y de cómo se presentan los hechos, de modo que menciona las ya mencionadas marcas de historicidad,siendo de este punto de donde Voltaire busque la realidad o falsedad de las fábulas que se hayan hecho pasar por historia. Con esto todo Voltaire da en lo que llama , con el cual se nos permite delimitar mejor los cambios que sufre la historia a partir del s.XV. Indica el autor la remarcación de que la oposición entre historia y fábula no funciona solo en las declaraciones programáticas sino quela utilizan los historiadores para eliminar determinados relatos. La oposición entre historia y fábula, o lo que es lo mismo, entre historia y ficción, está permanentemente presente desde la aparición misma de la historia hasta nuestros días. Resumidamente, de lo que se nos habla es que la ambición realista es inseparable de la historia, es decir, que la importancia verdadera reside en la teoría de, siendo así la historia tal y como empieza a consolidarse sobre el s.XV propagándose por los diferentes países europeos y siendo portadora de validez universal. A medida que esto avanza, con el también se amplían las técnicas y métodos de investigación histórica.
El fundamento clave del estudio de la historia en la Edad Media se basaba en la epistemología y la práctica cognitiva, es decir, queconocer y ver son una misma cosa. La manera por la cual el historiador argumentaba documentos, lo realiza con las palabras de una persona que si ha visto aquello de lo que habla y de tal manera considerando a esa persona digna de credibilidad. Así, un discurso verdadero puede ser desde la mirada del historiador (presente), o desde la confianza que le otorga a alguien a quien ha sido testigo...