Sobre la mera vida
Páginas: 18 (4429 palabras)
Publicado: 11 de septiembre de 2015
“De la violencia y la mera vida”
Autora: Maria Javiera Ortega R
Profesor: Pablo Oyarsun
Ayudante: Carlos I. Soto
Curso: Decisión Violencia y Mundo.
Julio, 2006
Ácido y enigmático se nos presenta el texto “Para un a crítica de la violencia”. Y es que la acidez deWalter Benjamin se despliega desde sus concepciones a modo de laberinto: por las paredes cae la sangre de algo latente. Esta escondido por los rincones. Allí el credo de las instituciones, los santos y los ancestros se secan con las piedras volviéndose ante nosotros como un balde de agua fría. La política se muestra como la estructura misma por donde nosotros los infelices vivientes, dejamos lashuellas de nuestros pies descalzos. Violencia colada en las raíces de los cimientos sangrientos.
¿Buenas intenciones? Eso que importa. Ellas no forjaron las fronteras, ellas no son las que unen y separan, no cortan ni amasan, no levantan ni destruyen. Se trata de vivir, de sobre vivir en este aglomerado de tierra poder y cielo, esta red de relaciones que confluyen entre sus choques como quien se lanzaal vacío sin saber porqué.
Pero ya basta de consideraciones analítico-sentimentales. Cae sangre por las paredes y queremos saber de que se trata. Entre las líneas benjaminianas nos asalta un concepto, que ya es mas viejo que todo lo viejo; eso de la mera vida.
Claro que esta no viene sola. De la mano y por asalto viene consigo la “violencia mítica” y la “violencia divina”; La historia y elorigen, la sangre, el estado de excepción y por sobre todo la culpa.
Estos dos últimos serán claves. Intentaremos proponer una lectura de estos conceptos, -cada cual con su tratamiento- ver como se articulan, posibles lazos sanguíneos y combinaciones. Se advierte desde ya, que el presente escrito resultara un tanto inorgánico y osado -o quizás bastante- y que se recurrirá a otros escritos deBenjamin, como “El Origen del Drama Barroco Alemán” y la “Tesis sobre la historia”, en pro de la lectura. Para analizar el lugar de la culpa aterrizaremos en la genealogía de la moral de Nietzsche, pues sus fantasmas talvez nos muestren las pistas.
a) ¿Mera vida?
Ya Aristóteles con un buen olfato y los zapatos puestos (sandalias, claro) consideró a la polis como aquella formación humana quedesafiaba al tiempo, pues se constituía como “el extremo de toda suficiencia”, abriendo así un mundo en que el hombre poseía la experiencia de ser ‘algo más” que un mero viviente. Sin embargo, parece ser que el animal político del Estagirita llegó a su culminación, cuando Foucault, en su “Historia de la sexualidad”, postuló “Durante milenios el hombre siguió siendo lo que era para Aristóteles; un animalviviente y además capaz de existencia política; el hombre moderno es un animal cuya política está puesta en entre dicho su vida de ser viviente”.(HDS p173)
De este modo, la representación zoológica del hombre como animal político y aquel momento en que la mera vida socavaba de modo invisible por los fundamentos de la polis se guarda y se archiva por entre los cajones de los recuerdos griegos. Elciudadano es lo puesto en cuestión por la política moderna. El ser viviente ha ingresado al laberinto investido de ese “algo más” que el zoon politikon aristotélico. Pero ya volveremos sobre este asunto, en el último punto del escrito.
b) Violencia mítica v/s Violencia Divina.
Benjamin hacia el final de “Para una crítica de la violencia” propone dos conceptos que serán cruciales para seguir lapista: violencia mítica y violencia divina.
La violencia mítica se despliega como aquella que exige sacrificios, no se constituye como un puro medio y su forma original viene dada como una pura manifestación de los dioses. “…es ante todo manifestación de su existencia”. Parece ser que aquí hay una dialéctica inicial en cuanto la violencia mítica conserva y funda el derecho. “La función de la...
“De la violencia y la mera vida”
Autora: Maria Javiera Ortega R
Profesor: Pablo Oyarsun
Ayudante: Carlos I. Soto
Curso: Decisión Violencia y Mundo.
Julio, 2006
Ácido y enigmático se nos presenta el texto “Para un a crítica de la violencia”. Y es que la acidez deWalter Benjamin se despliega desde sus concepciones a modo de laberinto: por las paredes cae la sangre de algo latente. Esta escondido por los rincones. Allí el credo de las instituciones, los santos y los ancestros se secan con las piedras volviéndose ante nosotros como un balde de agua fría. La política se muestra como la estructura misma por donde nosotros los infelices vivientes, dejamos lashuellas de nuestros pies descalzos. Violencia colada en las raíces de los cimientos sangrientos.
¿Buenas intenciones? Eso que importa. Ellas no forjaron las fronteras, ellas no son las que unen y separan, no cortan ni amasan, no levantan ni destruyen. Se trata de vivir, de sobre vivir en este aglomerado de tierra poder y cielo, esta red de relaciones que confluyen entre sus choques como quien se lanzaal vacío sin saber porqué.
Pero ya basta de consideraciones analítico-sentimentales. Cae sangre por las paredes y queremos saber de que se trata. Entre las líneas benjaminianas nos asalta un concepto, que ya es mas viejo que todo lo viejo; eso de la mera vida.
Claro que esta no viene sola. De la mano y por asalto viene consigo la “violencia mítica” y la “violencia divina”; La historia y elorigen, la sangre, el estado de excepción y por sobre todo la culpa.
Estos dos últimos serán claves. Intentaremos proponer una lectura de estos conceptos, -cada cual con su tratamiento- ver como se articulan, posibles lazos sanguíneos y combinaciones. Se advierte desde ya, que el presente escrito resultara un tanto inorgánico y osado -o quizás bastante- y que se recurrirá a otros escritos deBenjamin, como “El Origen del Drama Barroco Alemán” y la “Tesis sobre la historia”, en pro de la lectura. Para analizar el lugar de la culpa aterrizaremos en la genealogía de la moral de Nietzsche, pues sus fantasmas talvez nos muestren las pistas.
a) ¿Mera vida?
Ya Aristóteles con un buen olfato y los zapatos puestos (sandalias, claro) consideró a la polis como aquella formación humana quedesafiaba al tiempo, pues se constituía como “el extremo de toda suficiencia”, abriendo así un mundo en que el hombre poseía la experiencia de ser ‘algo más” que un mero viviente. Sin embargo, parece ser que el animal político del Estagirita llegó a su culminación, cuando Foucault, en su “Historia de la sexualidad”, postuló “Durante milenios el hombre siguió siendo lo que era para Aristóteles; un animalviviente y además capaz de existencia política; el hombre moderno es un animal cuya política está puesta en entre dicho su vida de ser viviente”.(HDS p173)
De este modo, la representación zoológica del hombre como animal político y aquel momento en que la mera vida socavaba de modo invisible por los fundamentos de la polis se guarda y se archiva por entre los cajones de los recuerdos griegos. Elciudadano es lo puesto en cuestión por la política moderna. El ser viviente ha ingresado al laberinto investido de ese “algo más” que el zoon politikon aristotélico. Pero ya volveremos sobre este asunto, en el último punto del escrito.
b) Violencia mítica v/s Violencia Divina.
Benjamin hacia el final de “Para una crítica de la violencia” propone dos conceptos que serán cruciales para seguir lapista: violencia mítica y violencia divina.
La violencia mítica se despliega como aquella que exige sacrificios, no se constituye como un puro medio y su forma original viene dada como una pura manifestación de los dioses. “…es ante todo manifestación de su existencia”. Parece ser que aquí hay una dialéctica inicial en cuanto la violencia mítica conserva y funda el derecho. “La función de la...
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