Sobre la posibilidad de una sociedad universal

Sobre la posibilidad de una sociedad universal

¿Qué relevancia tiene el lugar de producción de un autor? Es decir, ¿cuánto y cómo se ve influenciada una producción académica por el dónde, el quién y el cuándo de su elaboración? Mucho, y por eso empiezo con lo siguiente: este es el último ensayo que voy a escribir como estudiante del pregrado de historia.
No es el objetivo hacer una reflexiónsobre mi carrera, aunque sea importante tener en cuenta con qué sentimiento escribo. El objetivo, en otro sentido, es hacer un análisis sobre uno de los temas que más me preocupó durante estos cuatro años de ensayos y ensayos: la posibilidad de una sociedad universal. Lo haré, por cierto, basándome en uno de los autores que más me llamó la atención: Marvin Harris.
La respuesta es que no: que launiversalidad es imposible, casi inhumana. Pero debatir sobre el tema es constructivo, desde puntos de vista políticos, culturales o, como acá lo haremos, económicos. Lo mejor, además, es que todos los campos se terminan entrecruzando y, a pesar de que la conclusión siempre es la misma, en general, los argumentos que se consiguen, los matices que se establecen, pueden llegar a tener unarelevancia trascendental.
Estudié historia para tratar de entender al ser humano, sus guerras, sus maravillas y sus estupideces; objetivo completamente utópico. Pero me hice una idea en los primeros semestres: el problema es la intolerancia, la incapacidad de entender la diferencia frente ‘al otro’. Pensaba que la solución eran diálogos ecuménicos, organizaciones multinacionales, bancos mundiales,etcétera. Pero eso existe y no sirve para nada.
Entonces leí a Marx. Y al tiempo vi un seminario sobre la Unión Soviética. Y me di cuenta que se lo titaron, que sus ideas eran inteligentes, prácticas, concretas, eficientes, éticas, pero que por culpa de intereses mafiosos destruyeron su trabajo. Pensé, entonces, que había una solución práctica a los problemas del hombre: la homogeneidad en los sistemasde producción. Pero Marx se murió antes de escribir su capítulo sobre la cultura, cosa que hace más compleja su teoría. Y no es que se caiga, sino que se relativiza. Entonces leí a Harris. Y me di cuenta que es mejor no pensar en el universalismo: esa es una batalla –a veces literalmente hablando– perdida. Lo interesante, más bien, está en conocer las diferencias por medio de un método concreto,inspirado en Marx: los sistemas de producción.
Harris demuestra que las diferencias son inherentes al ser humano. Y en este ensayo trataremos tres de sus focos insignias: la madre vaca, la porcofilia y la porcofobia y el Potlatch. Nació en Brooklyn, Nueva York, y se inventó una de las corrientes teóricas más importantes de la antropología en el siglo XX: el materialismo cultural, una teoría queconsiste, precisamente, en homogeneizar el análisis de las sociedades por medio del estudio de su estructura productiva, la misma que –no determina, pero sí– sostiene todo su sistema cultural, político y social.
Lo que este ensayo pretende demostrar es que las sociedades son tan diferentes, que es mejor no pensar en formas de homogeneizarlas. Pero el ser humano, cualquiera que sea, interviene lanaturaleza para sobrevivir, de la manera que sea, y ese sí es un hecho universal. Así que con la mirada en la manera como las sociedades subsisten, vamos a ver cuáles son sus diferencias.
En la India, en una parte y una cultura de ese diverso y complejo país, los valores espirituales son más preciados que la vida misma, cosa que se ve en su trato de la vaca. A cualquier occidental, siempretan carnívoro, le puede parecer absurdo, ineficiente, suicida, que los hindúes no coman y traten a la vaca como ellos a la Virgen. Pero así es:

“La que afirmo es que el amor a las vacas es un elemento activo en un orden social material y cultural complejo y bien articulado. El amor a las vacas activa la capacidad latente de los seres humanos para mantenerse en un ecosistema con bajo consumo...