Sobre Los Fenómenos De La Visualidad A Través Del Genio De R. Ruiz.

  “Los
 seres
 de
 la
 visualidad”
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
“En el interior encontraron, colgado de la pared, un espléndido retrato de su señor tal como lo habían visto por última vez, en todoel esplendor de su juventud y singular belleza. En el suelo, vestido de etiqueta, y con un cuchillo clavado en el corazón, hallaron el cadáver de un hombre mayor, muy consumido, lleno de arrugas y con un rostro repugnante. Sólo lo reconocieron cuando examinaron las sortijas que llevaba en los dedos”. “El retrato de Dorian Grey”. Oscar Wilde.

¿Qué hace un avión de pasajeros sobrevolando loscielos de la Europa de Alejandro Magno?, ¿Qué hace una típica adolescente norteamericana de este siglo entre el público del circo de la Antigua Roma?, son algunas preguntas que nos hacemos ciertos cinéfilos quisquillosos, una suerte de obsesivos compulsivos del contexto histórico y la representación coherente. Sin embargo, no todos los espectadores somos iguales, es más, existen quienes son capacesde transfigurar estos “errores” o descuidos, y ver en ellos un potencial incipiente de narración y aporte en la construcción de la obra cinematográfica, o en su defecto, visual. Uno de ellos fue Raúl Ruiz. Ya van un par de meses de la muerte de este entrañable e irreverente realizador chileno, cuyo nombre se confundía -hasta antes de su muerte- entre un tímido “Palomita blanca”. No cabe la menorduda de que el legado cinematográfico que Ruiz le obsequió al mundo es impagable, sin embargo, no sería justo para su memoria pasar por alto sus grandes aportes a la teoría y, por qué no, a la poesía del cine chileno. En una de sus cuantas publicaciones acerca de la teoría del fenómeno del cine, que lejos de ser un mero análisis cognoscitivo de la problemática, es un enriquecedor paseo por sugenio, Ruiz pone sobre la palestra un sujeto de discusión que se enlaza directamente con la inquietud planteada en un principio, y que, con el aporte investigativo del filósofo alemán Walter Bejamin, nombra como “Inconciente Fotográfico”, el que en rigor, vendría a ser un gran fenómeno visual (aplicable al arte de la fotografía y/o el cine) inherente a cualquier representación o composición de estaíndole, y que se define y concretiza sólo a través del espectador o receptor del material visual, quien por medio de su propio imaginario y realidad, dará forma (a partir de lo materialmente presentado) a un nuevo sentido inédito a la obra, ya sea tomando en cuenta la subjetividad de ciertos elementos de la composición, o bien por medio del análisis comparativo automático -quizás casi involuntario-de ésta. Cabe destacar que el fenómeno del inconciente fotográfico puede como, también, no puede ser vislumbrado con premeditación por el autor directo de la obra visual. Ahora bien, regresemos a la situación inicial, elementos de una

realidad “paralela” o “ajena” a la que se busca representar en una producción cinematográfica se cruzan sutilmente con aquel equilibrio fantástico de unapelícula “x”, ¿cuál es su real efecto en el desarrollo de los sucesos y la narración de dicha fantasía?. Existen dos respuesta para aquello, la primera de ellas es que el efecto sobre la cinta y su normal desarrollo es prácticamente nulo, ya que generalmente dichos “errores” son casi imperceptibles para el espectador promedio, quien está atento más a la secuencia lógica de la narración que a losdetalles técnicos del plano visual de la misma. Mientras que por otra parte tenemos la que nos convoca, aquel efecto “secundario”, adverso, que suele ser tomado en cuenta por una mínima parte del público (si es que es un error técnico leve; cosa de segundos), y que pasa a formar parte inmediatamente de lo que caracterizamos anteriormente como “inconciente fotográfico o visual”. Según Ruiz, dichas...