Sobre Toz By Mike Tabaschek

Toz

Capítulo 1

Esquina transitada. Un jaguar colisiona en una intersección con un piano cayendo. El piano colisiona al caer con un jaguar. Ambos colisionan con la mirada de quienes transitan la esquina. Niña llora por otro motivo. Da igual que motivo. La niña llora y no planea detenerse en ninguno de los próximos minutos. Ruido silencioso de la curvatura del espacio/tiempo genera unasensación de vacío. Una persona aún no identificada se aproxima a la escena para darle algún sentido trascendente al suceso mismo de la coalición. Aspectos olfativos mínimos. Cierta crispación suspendida en el aire y una mano que se extiende para acariciar la espalda tejida de ella que espera que todo se resuma en algo significante. La coalición continúa con su inercia propia y se acompasa en unmovimiento inexacto con la mano que ahora la sacude con ánimo de sacudir. Ella gira sus globos oculares con desprecio. Al final nada de esto habría sucedido si ella no hubiese estado ahí y hubiese estado en donde si hubiese tenido que estar. Sitio al que asistiremos ambos. Ella se siente culpable por la coalición. Podría haberse evitado, piensa. La mano decide dejar de increparla.

Toma un atajo ydecide no contestar la pregunta. Las ruedas de prensa poseen dos elementos que ella ama. El agua en pequeños recipientes de plástico es uno de ellos. El otro prefiere guardarlo en secreto aunque lo exterioriza mordiendo su labio, formando pequeñas cordilleras rojas en su carnal rosado. No entiende la pregunta pero evita no contestar. Le es indiferente si el color de sus labios es equivalente al tonorosado de sus pezones. Los flashes son pequeños terrones de azúcar en sus pupilas de té negro. Ella lo sabe. Resguarda de si las mejores imágenes propias riendo. Ha sido su más preciada colección durante años. Actualiza, cataloga y hace copia mental de cualquier hecho que pudiera provocarle esa risa de toz suave que precede a la creación de arrugas en su rostro. Se sirve otro trozo de líquido paraindagarse si abandonar el recinto sería apropiado o no y bajo qué condiciones lo haría. Ella no entiende la pregunta. Al repetirse ésta la entiende aún menos, escucha nada, no ve. Se eleva en su tronco y busca entre los dientes aquellos más blancos, emite un suspiro sofisticado y tropieza entre los cables de microcámaraluces de alumbrar demasiado. Cortocircuito y luz fuera. Apenas a oscuras y enpánico los demás todos abandonan la sala. Ella piensa que debe estar inconsciente o muerta. En alguna especie de paraíso negro de superficies cableadas. Se pregunta hace cuanto tiempo lo está. Aún inconsciente su cerebro es una radio sintonizada en el incordio. Piensa en ello y tose o ríe, o ambas.

Estará ella tosiendo su risa a todas las plantas. No quiero que venga. Detesto cuando logra esaempatía de chicle de frambuesa que propina hileras de abrazos al despedirse. Su talento se limita a complacerlos. Ok. Tampoco digo que esté mal conectar, hacer sushi o abrazar. No, si, abrazar no está bien. Necesito mi espacio. Eso, necesito mi espacio. Oler mi olor, saber que necesito bañarme porque lo huelo no porque ella requiera que yo así lo haga. Porque ella requiere que yo lo haga con esamueca fruncida de intenciones ornamentales. Dispone de mí como parte de esta decoración absurda. Romperé el piano de nuevo, lo dejaré caer por la ventana y aduciré al hecho una fortuita accidentalidad. Oh si, dejará de abrazarme entonces. Oleré mi olor.

Misma esquina. El piano suspendido en el aire aún no colisiona. Un individuo de sexo neutro pone la quinta marcha en su vehículo. Piensa lavelocidad como un desenlace de imágenes que se suceden convexas detrás de sí. Las señales son rojas por atrevimiento, reflexiona. Mismo pensamiento diferente composición molecular. Sensación dactilar felpa. Individuo masculino asoma su contenedor cerebral por el hueco de cristal de la recepción de una oficina de correos. Planea telegrafiar un significado o tres. Amenaza con tijera a empleado. Desea...