Social
“Elmovimiento revolucionario de este día no es la obra de un partido político. Esencialmente popular e impersonal, no obedece ni responde a las ambiciones de círculoni hombre público alguno. No derrocamos al gobierno para derrocar hombres y substituirlos en el mando; lo derrocamos porque no existe en su forma constitucional;lo derrocamos para devolverlo al pueblo, a fin de que el pueblo lo reconstituya sobre la base de la dignidad nacional y con la dignidad de otros tiempos,destruyendo esta ominosa oligarquía de advenedizos que ha deshonrado ante propios y extraños las instituciones de la República.
El único autor —añadía— de esta revoluciónsin caudillo, impacientemente esperada, es el pueblo de Buenos Aires. . . Las armas del ejército se levantan para garantizar el ejercicio de las instituciones.La Constitución es tanto como la bandera, y el soldado que la dejara perecer sin prestarle su brazo alegando la obediencia pasiva, no sería el ciudadano armado deun pueblo libre, sino el instrumento y cómplice de unos déspotas.”
Y concluía: “El período de la revolución será breve, no durará sino el tiempo necesario paraque el país se organice y el gobierno establezca la elección. El elegido para el mando supremo será el que triunfe en comicios libres, y únicamente quedaránexcluidos como candidatos los miembros del gobierno revolucionario, que espontáneamente ofrecen al país esta garantía de su imparcialidad y la pureza de sus propósitos.”
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