social
subversivo en Hispanoamérica
Nunca se ha hablado tanto de la utopía en Hispanoamérica como en el
curso de los últimos años. Sin embargo, para las críticos del llamado
‘1. Pero este no es un privilegio de la palabra utopía. En
realidad, todas las palabras que hacen fortuna a partir del título de una
obra o del nombre de un autor necesitan, tarde o temprano, deuna
delimitación semántica. Basta pensar, en el campo de la literatura, en el
Tomás Moro inventa la palabra utopía a partir de su correspondencia con Erasmo sobre
la «nusquaína terra» («nuestro país de ninguna parte») dándole el nombre griego de «u-topos»
(«no lugar», textualmente). Sin embargo, una polémica lingúística sobre el término creyó
descubrir en ci origen un error de transcripción.Moro habría escrito «eu-topos», es decir,
«lugar feliz» y no utopos.
Anales de literatura hispanoamericana, f,ñm. Ji Ed. Univ. Complutense, Madrid, 1984.
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Fernando Aínsa
destino exitoso de palabras como odisea, filípica, quijotesco, dantesco,
faustico, rabelesiano, kafkiano, borgiano y tantas otras derivadas de obras
homónimas o del apellido de un escritor.
DE LA UTOPIA ALUTOPISMO
Apenas publicada en 1516, Utopía dejó de ser el titulo de una obra para
convertirse en un género literario. Pero como sucede con íos términos
tragedia u novela, es el adjetivo derivado, trágico o novelesco, el que ¡la
dado el amplio sigííificado que la palabra tiene actualmente. La palabra
‘’ que estuvo en boga durante esos años
desapareció en ci curso del siglo xviii. «Utopista»adquirió cartas credenciales en 17292. En idioma alemán, la palabra utopía derivó aún hacia dos
vocablos divergentes: «utopisch>’, la utopia en sentido objetivo, y «utopistich’>, la utopía en sentido peyorativo, sinónimo de búsqueda de lo
imposible.
Gracias al adjetivo A, señalando «lo imaginario subversivo»
en obras tan diversas como las utopias propiamente dichas, ensayos
filosóficos,plataformas políticas, declaraciones, artículos periodísticos,
panfletos y discursos. Se puede afirmar así que un escritor puede ser
’ religiosa se desembaraza de toda idea de trascendencia
escatológica y se reconvierte en un deseo de transformación de lo real.
«¿No estáis de acuerdo en que el mejor de los hombres es el hombre que
expresa en la realidad despierta el carácter del hombre en sus sueños?»,ya
se preguntaba Sócrates en la Grecia clásica. La «objetivación de los sueños’>
está en el origen de lo utópico, mito especulativo del hombre «despierto’>
que es básicamente imaginativo y, por lo tanto, siempre literario. Como
proyección de la visión ideal de un «deber ser» alternativo, el pensamiento
utópico está menos interesado en alcanzar fines concretos que en visualizarimaginativamente posibilidades. Desde el momento en que se presenta
como una especulación de «un posible futuro>’, hay pensamiento utópico.
Así puede decirse sin temor de exageración que la utopía está en el
corazón de toda teoría social, como afirma Georges Duveau5. En la medida
en que la utopía nace de un sentimiento de rebelión frente a un estado de
cosas histórico que se considera insatisfactorio,rebeldía que se acompaña a
veces de una observación lúcida de la sociedad en que se vive y que se
contrapone a una «realidad imaginaria>’, pueden integrarse a lo utópico
muchas páginas y textos que sin pertenecer al género utópico propiamente
dicho, tienen una «intención’> o un «modo’> utópico.
El «modo utópico’> definido por Raymond Ruyer por oposición al
«género utópico» es la facultad deimaginar, de modificar lo real por la
hipótesis, de crear un orden diferente al real, lo que no supone renegar de lo
real, sino una profundización de lo que «podría ser>’. Sintéticamente afirma
que «le monde utopique” es «un ejercicio mental sobre los posibles
laterales”6. Este «modo» de pensar y de sentir puede incluso percibirse en
los mitos y en las visiones históricas de la Edad de Oro,...
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